La Navidad es la época del año en la que la industria juguetera registra la mayor parte de sus ventas. No obstante, la alegría de los más pequeños de la casa se puede ver truncada en el caso de que no se sigan una serie de pautas para garantizar que los productos que se adquieren son totalmente seguros. La Unión Europea sigue una estricta política de seguridad que, no obstante, puede saltarse cuando los bienes son adquiridos en comercios que no ofrezcan garantías.


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Y no son casos aisladosLa dirección general de Protección de Consumidores y Usuarios del Gobierno de Aragón ha intervenido 419.101 unidades de juguetes a lo largo de 2022. Una cifra que evidencia -en palabras del director general Pablo Martínez- “el especial cuidado que se tiene con todos los productos dirigidos a la infancia, un colectivo especialmente protegido en la legislación autonómica de Consumo”.

La retirada de esos productos es fruto de la inspección llevada a cabo hasta el 1 de diciembre, que ha contabilizado 8.836 actuaciones, la mayoría de ellas en juguetes.  Si bien estas son las cifras registradas hasta la fecha, la acción y control de la inspección se intensifica en esta época, las más propicia para la compra de estos productos.

“Hay que estar especialmente atentos al etiquetado, composición y presentación del juguete y debemos comprobar que se cumple con la normativa para evitar problemas”, subraya Martínez. Cabe destacar que la mayoría de los productos que se han inmovilizado no cumplían con los requisitos de seguridad exigibles para el público al que estaban destinados y presentaban deficiencias.

RED DE ALERTA

En esta línea, a lo largo de 2022 se han producido 737 notificaciones de “juguetes inseguros” dentro de la conocida como red de alerta, un sistema de intercambio de información entre administraciones de consumo, que es la que ha conducido a la retirada de las 419.101 unidades. “La movilización –ha recalcado el director general- es la primera medida que se adopta cuando se detecta un producto inseguro, lo que genera un expediente de medidas que puede finalizar en la destrucción, devolución a origen o corrección de las deficiencias”.

Paralelamente a estas actuaciones, se ha programado una campaña especial, a nivel nacional, destinada al control de los juguetes de madera. Dentro de ellas, Aragón ha llevado a cabo la inspección ocular de 18 artículos y se han tomado muestras de otros 3, que san sido analizados en el Centro de Investigación y Control de la Calidad del Ministerio de Consumo.

De estas actuaciones se deriva que el 90,4% de los productos inspeccionados cumplía con la normativa vigente y que el incumplimiento más habitual tiene que ver con la omisión del término “advertencia”. Además, en tres de los juguetes inspeccionados la declaración de conformidad no estaba redactada en castellano, aunque sí cumplían con las exigencias de identificación.

En lo que respecta a los ensayos realizados, en las tres muestras remitidas desde Aragón, se cumplían los parámetros de seguridad analizados por el laboratorio (ensayos de materiales, bordes, puntas, piezas pequeñas y cuerdas/cadenas).

Esto da idea de los problemas más habituales en lo que respecta a los riesgos que pueden presentar los juguetes, debiendo evitarse aquellos que presenten elementos cortantes, puntas o cuerdas excesivamente largas, así como aquellos que presenten piezas pequeñas accesibles, en los destinados a niños menores de 36 meses.

ADECUADOS PARA LA EDAD Y SOSTENIBLES

Desde la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios se hace un llamamiento de cara a estas fechas, para que estas Navidades sorprendan a los pequeños con «juguetes adecuados a la edad y aptitudes de cada niño y diseñados bajo el prisma de un consumo sostenible y solidario». “Las compras en el comercio de proximidad y de confianza es una apuesta segura, siempre con su etiquetado en castellano, el marcado CE y la identificación del responsable”, ha recordado Martínez.

Desde Consumo Aragon recuerdan que ante cualquier incidencia que se nos pueda presentar, conviene indicar que, en primer término, hay que trasladarla al responsable del Servicio de Atención al Cliente de la empresa donde hayamos adquirido el producto, que está obligado a dar respuesta en el plazo de un mes. En el caso de no recibir respuesta, o no sea de nuestro agrado, podremos elevarla ante los servicios provinciales de Ciudadanía y Derechos Sociales.


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Además, cualquier consulta puede plantearse ante las oficinas municipales y comarcales de información al consumidor, asociaciones de consumidores y dependencias de la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios del Gobierno de Aragón de las tres provincias. A su vez, existen a disposición de los consumidores el teléfono 900 12 13 14, accesible desde cualquier teléfono fijo de la Comunidad.