La okupación ocupa los titulares de los medios de comunicación desde hace años. El confinamiento de la población provocado por el COVID-19 ha supuesto un aumento de esta actividad ilegal en segundas residencias, la gran mayoría situadas en la costa española. Una práctica que se detectó el año pasado durante los dos meses previos al comienzo de verano y que la situación generada por el coronavirus ha agravado en 2021, según señalan fuentes policiales. Especialmente preocupan el alto número de okupaciones en la Costa Doradadonde miles de aragoneses disfrutan de sus vacaciones por tener segundas residencias pero que desde hace seis meses no han podido acudir a sus domicilios y desconocen cómo están.

“Esta tendencia de okupar las casas en la playa, que en muchos casos son segundas residencias, es algo que ya se pudo observar el año pasado. Y ya empezamos a percibir que se está produciendo un incremento muy importante de esta actividad ilegal en los municipios de Salou, La Pineda, Cambrils, Torredembarra o Calafell. En este sentido, observamos que uno o dos meses ante del verano es cuando los okupas comienzan a elegir las viviendas que okupar”, afirman las fuentes policiales.

La moda de okupar segundas residencias durante el confinamiento se ha acrecentado por el estado de alarma provocado por el COVID-19. Una medida que redujo la movilidad entre provincias y comunidades autónomas durante el tiempo que ha permanecido vigente el confinamiento. “Este año ha habido muchas más casas vacías y se han podido okupar más, pero no sólo apartamentos en la playa, sino también chalets de lujo en la Costa Dorada. El problema es que es complicado la diferenciación que hace la ley de casa no habitada, de casa de un banco, de casa de una persona que no vive en ella…”, explican.

“Lo que sí es cierto es que existen varios tipos o clases de okupas. Están las mafias que se encargan de entrar en la vivienda para después realquilarlo de manera ilegal a otros okupas que en su gran mayoría afirman no saber que estaban en un piso okupado. Pero ahora también se ven familias enteras que se van a la playa a okupar de ‘vacaciones’. Aunque no hay que irse a la costa para observar okupaciones de este nivel. Aquí, en Madrid, en Boadilla del Monte hay varias okupaciones de ‘lujo’, por ejemplo”, explican las fuentes consultadas.

Esta ola de okupaciones en segundas residencias ubicadas en la Costa Dorada no sólo lo ha notado la Policía Nacional. La cifra de denuncias por okupación de inmuebles, en su mayoría viviendas, ha crecido un 5% interanual en el año 2020, según datos del Ministerio del Interior. Con una mayor incidencia en Cataluña, con más de 3.600 casos abiertos de usurpación de casas, lo que supone casi el 50% de todos los casos en España.