Daniel Pérez Calvo entró como un ‘ciudadano’ independiente a la arena de la política en la candidatura de Ciudadanos a la presidencia del Gobierno de Aragón para ser a día de hoy el secretario de Comunicación de un partido en su peor momento. Su papel en Aragón como líder de Ciudadanos le ha servido para que la presidenta del partido, Inés Arrimadas, le quiera cerca en su núcleo duro.


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La fórmula empleada por Ciudadanos en Aragón es el reflejo de lo que Inés Arrimadas quiere para su partido en todo el territorio nacional. Un proyecto que gobierna o acuerda pactos a derecha e izquierda. Un extremo que, pese a anclarse en el centro, no es bien entendido por los electores. O que se traduce en la dimisión de cargos de relevancia por la deriva que vive el partido desde hace meses. ¿Está el centro político que defiende Ciudadanos en caída libre o es más necesario que nunca en una España a garrotazos?

Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, junto con Daniel Pérez Calvo en un acto de partido / Cs

Ciudadanos ha tenido un desgaste progresivo desde hace meses: la derrota en las elecciones catalanas, el terremoto de la moción de censura en Murcia, la posterior sacudida madrileña con la convocatoria de elecciones anticipadas y las fugas o dimisiones de rostros relevantes del partido. ¿Qué ha fallado para encadenar fracaso tras fracaso?

Es una visión excesivamente global. Es obvio que hemos cometido errores muy graves. Pero no sería justo que los errores ocultaran los aciertos que hemos tenido. Por eso no se puede tener una visión tan aérea. Creo que el punto de partida está en la noche electoral del 10 de noviembre de 2019 donde Ciudadanos sufre una debacle electoral donde consigue sólo 10 diputados.

Aquello fue un palo que deja muerto a un proyecto político. Lo deja tocado. Pero más autocrítica no pudimos hacer con la dimisión de nuestro presidente Albert Rivera, algo que no estábamos acostumbrados en este país. La decisión valiente y decidida de Inés Arrimadas de echarse el partido al hombro fue un acierto para que Ciudadanos ocupara un espacio político disponible, con el auge de VOX y el gobierno ‘Frankenstein’, que es el verdadero centro.

Hay otros que dan un discursito de girar al centro en el Congreso como hace Pablo Casado pero girar al centro no se hace en una tarde. El giro al centro es la maniobra de un barco donde uno gira el timón a toda pastilla pero el barco no gira a la velocidad del timón. Esto lo demostramos en el Ayuntamiento de Zaragoza gobernando con el Partido Popular y es posible estar en la oposición en las Cortes de Aragón garantizando la estabilidad del gobierno de Lambán.

Sin embargo, hay altos cargos que abandonan el partido porque sienten que Ciudadanos ya no es lo que era. Alguno de ellos incluso son fundadores del partido.

Podría interpretar que aquellos que dicen eso de Ciudadanos no han visto satisfechas sus expectativas en su promoción política. O en el organigrama de Ciudadanos porque Inés Arrimadas no ha entendido que fueran idóneos. Podríamos hacer muchas lecturas pero todo se resume en una: Hay gente que estaba en Ciudadanos que ha resultado no ser de Ciudadanos. Que no se hayan creído el discurso de Ciudadanos de que somos capaces de pactar a derecha e izquierda y cuando ha visto que los pactos iban en una dirección que no les gustaba se han ido. Estaban en un lugar equivocado.

Entonces, ¿ha sido un problema de qué Ciudadanos no ha sabido explicar esa filosofía ni a sus votantes, ni a sus afiliados, ni a sus fundadores?

Es verdad que no hemos conseguido llegar y convencer con nuestro mensaje. Probablemente por falta de tiempo. El proyecto de Inés Arrimadas no ha tenido aún tiempo para asentarse. Hay veces que echas la vista atrás y te das cuenta que todo lo que ha sucedido en Ciudadanos ha sucedido hace poco más de año y medio. Inés Arrimadas toma las riendas en un escenario hostil tras la caída de número de diputados y a partir de ahí ponte a remar para hacer otro tipo de política que ocupe ese espacio de centro. Donde no todo el mundo lo entiende, donde no estamos acostumbrados en este país.

«Hay gente que estaba en Ciudadanos que ha resultado no ser de Ciudadanos»

Optó a la presidencia del Gobierno de Aragón en la lista electoral de Ciudadanos sin ser afiliado sino como independiente. Con el tiempo decidió afiliarse para refrendar su apuesta por el proyecto de Ciudadanos. ¿Tomaría la misma decisión a día de hoy?

Sí, completamente. Creo en el proyecto absolutamente. Los problemas que tiene Ciudadanos son errores humanos no son errores de proyecto. No es que el espacio de centro que estamos ocupando no exista o no tenga sentido. Porque lo tiene. Es más, con el paso del tiempo desde que empecé en política me he hecho más ‘ciudadano’. Me he sentido tremendamente cómodo votando a Ciudadanos y no me he sentido tan cómodo votando a otras opciones porque siempre me quedaba algún resquicio de no estar satisfecho del todo.

Fran Herviás, fundador de Ciudadanos y número dos de Albert Rivera, ha fichado por el Partido Popular porque considera que es el único partido capaz de derrotar al ‘sanchismo’.

A mi me trajo Fran Hervías a este partido. Me ofreció sumarme a este proyecto y estoy aquí gracias a Fran Hervías y Albert Rivera. Dicho esto, a mí la decisión de Hervías me sorprende porque ya hace unos cuantos meses que había decidido una nueva estrategia apostando por el espacio del centro. Un lugar que a veces te obliga bajar a las cocinas del infierno para luchar por tu país y llegar a negociar con gente que de entrada no irías a cobrar ni una herencia.

Lo que está claro es que cuando discrepa de una decisión lo que tiene que hacer es irse y Fran Hervías lo ha hecho de la manera más correcta que es devolviendo el acta que consiguió con la marca de Ciudadanos. Me cuesta mucho entender que Fran Hervías pretenda hacer daño al partido que él construyó.

El Partido Popular considera a Fran Hervías el ariete que abre la puerta a los descontentos de Ciudadanos para que sumen en el proyecto de Pablo Casado. 

Eso es algo que define en sí mismo a quién está adoptando esa actitud. Es doloroso porque es una persona que ha formado parte de nuestra estructura, en la que ha existido una muy buena relación y ahora duele ver que desde fuera está intentando destruir el proyecto por el que luchó. Si no te gusta o no estás cómodo te vayas y devuelvas el acta. Pero a partir de ahí trabajar contra Ciudadanos creo que no es la actitud más loable o encomiable.

¿Del Partido Popular no le sorprende esta estrategia?

Es evidente de que Ciudadanos está sufriendo una ofensiva por tierra, mar y aire del Partido Popular. Esto forma parte de una operación que no se improvisa en veinticuatro horas. Es una operación diseñada que se ha precipitado a raíz de los acontecimientos de Murcia y la disolución de la Asamblea de Madrid.

Teodoro García Egea (número 2 del PP) compareció hace pocos días haciendo un llamamiento en las que decía que las puertas del Partido Popular están abiertas para todos los cargos y militantes que quieran sumarse al Partido Popular.

Este llamamiento lo hacen cuando Ciudadanos es quién sostiene a varios gobiernos autonómicos o ayuntamientos. ¿Esto hace temblar la gobernabilidad entre el PP y Ciudadanos en todo el país?

La operación del Partido Popular es hostil, desleal e impropio de un partido que tiene su trayectoria. Es una maniobra propia de otro tipo de prácticas. La compra de voluntades con el fin de romper la estructura de un partido con el fin de ofrecer un puesto en un gobierno como ha ocurrido en Murcia. O incluso ofrecer entrar en un proyecto político a cambio de un puesto en una lista o un cargo. Es un mercadeo.

Y voy a decir más: somos un partido que la deslealtad del PP o las situaciones desagradables en Murcia o Madrid no supondrá que los platos rotos los tengan que pagar en Zaragoza, en Teruel o en Calatayud donde gobernamos con el PP. Somos lo suficiente responsables como para entender que por encima de todo está el interés de la gente.

«La operación del Partido Popular contra Ciudadanos es hostil, desleal e impropia»

¿No teme que en Aragón haya fugas a otros partidos, dejen sus actas de diputados o que haya bajas sonadas?

No tengo una bola de cristal, es evidente. Pero es un momento que quién no se sienta cómodo en este proyecto o que considere el proyecto de Inés Arrimadas no le convence es un momento para hacer un planteamiento. En Ciudadanos no está nadie a la fuerza. Lo que puedo decir seguro es que no tengo indicios de que haya alguien que quiera irse.

¿Es capaz de asegurar que el gobierno de Zaragoza en coalición con el PP, como principal motor político para Ciudadanos al ostentar una vicealcaldía y varias consejerías, no se romperá antes del fin de la legislatura?

No depende tanto de nosotros como de nuestros socios del Partido Popular. Si el PP del Ayuntamiento no va a seguir el llamamiento que hace su Secretario General de desestabilizar o desmantelar a Ciudadanos, no hay ninguna causa objetiva para romper el acuerdo del gobierno. Lo que sucede a nivel nacional no afectará al Ayuntamiento de Zaragoza.

Creo que tanto el líder del PP, Luis María Beamonte, como el alcalde Jorge Azcón lo han dicho con claridad. No me pondría en un escenario que nada avisa de que se vayan a producir. Es absurdo. Me tendría que ir de Zaragoza si rompiéramos un gobierno que funciona por un simple interés de partido o por revanchismo.

La líder de Ciudadanos recaló hace pocas semanas en Zaragoza para aplaudir la ‘fórmula naranja’ de Aragón por ser capaz de gobernar con el PP en ayuntamientos como pactar con el PSOE en las Cortes de Aragón. ¿Es el ejemplo de lo que Ciudadanos quiere en el resto de España?

Esta es una tierra de pactos históricamente. E incluso un banco de pruebas para muchas empresas de marketing por ser el término medio del comportamiento del resto del país. La fórmula Aragón es un escenario donde cumpliendo una serie de acuerdos y pactos que son buenos para la gente gobernamos con el PP o llegamos a acuerdos con el PSOE.