No es sólo una cuestión estética. El desbroce de malas hierbas en los centros urbanos es clave para evitar una de las lacras del verano: los incendios. La comarca de Tarazona y el Moncayo está viendo como hectáreas y hectáreas han sido calcinadas.


Publicidad



Publicidad


Mientras tanto, en la capital comarcal, se ve con alivio que la ciudad se ha mantenido a salvo de las llamas. Como explica el alcalde de Tarazona, Luis José Arrechea, «este año ha sido atípico, con un mes de abril lluvioso y mucho calor en mayo, lo que ha provocado un mayor crecimiento de las malas hierbas en la ciudad».

El Plan de Desbroce, que se lleva a cabo anualmente, cuenta ahora con una cuestión añadida que lo dificulta: «Las leyes europeas prohiben el uso de glifosato, un herbicida que anteriormente era habitual para llevar a cabo las tareas de eliminación de vegetación», indica para HOY ARAGÓN José Luis Hernández, jefe de producción de FCC Medio Ambiente, empresa encargada de realizar los trabajos.

Por ello, «ahora hay que ir hierba a hierba, casi a mano«, señala Hernández. Debido a esta circunstancia y al crecimiento superior que otros años de especies invasoras, se ha tenido que llevar a cabo una campaña extraordinaria, que ha contado con la participación de cuatro personas que se han ocupado del proceso de desbroce.

Los trabajos han sido realizados por FCC Medio Ambiente / HOY ARAGÓN

Éste se ha desarrollado «en taludes, aceras, bordillos y accesos a la ciudad por las carreteras de Borja y de Tudela», explica el responsable de FCC Medio Ambiente. La campaña se llevó a cabo entre el 25 y 29 de julio. «La vegetación sale por todos los sitios, concentrándose en juntas y especialmente en zonas poco transitadas», explica.


Publicidad



Publicidad


El alcalde señala que «la ejecución por parte de la empresa ha sido rápida», coincidiendo en una temporada en la que ya se nota el auge del turismo y Tarazona luce como se merece. «Este año estamos ya en niveles de visitantes de 2018 y 2019″, indica Arrechea. Gracias al trabajo de retirada de especies vegetales, unido a la limpieza del cauce del Queiles, los turistas se han encontrado con la ciudad impoluta.