Eran las diez de la noche cuando los agentes de la Policía Nacional recibían un aviso por parte de varios vecinos del barrio zaragozano de La Almoraza. Una mujer corría peligro de caer al río Ebro desde el puente y el tiempo de respuesta podría salvarle la vida.


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«Intenté disuadirla y la agarré con fuerza pero tiraba en mi contra y al final no pude aguantarla«. Así relata Antonio, uno de los agentes del ‘GOR’ -Grupo de Intervención Rápida-, cómo vivió esos momentos y cómo finalmente no pudo evitar que la joven de apenas 30 años cayera al agua en plena riada del río Ebro tras los deshielos de los últimos días.


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Los cuatro agentes, dos de ellos en prácticas, colaboraron en el rescate que fue rápido pero que a ellos se les hizo eterno por la gravedad de la situación a la que se enfrentaban ya que la vida de una persona dependía de ellos. «Ella pedía auxilio y nuestro deber es atender y socorrer. Valoramos todas las opciones pero a veces no hay demasiado tiempo para pensar y hay que actuar«, afirma otro de los policías.

JUGÁNDOSE LA VIDA

En ese mismo momento otra patrulla vigilaba a orillas del Ebro el desenlace;  al ver caer a la mujer, Óscar, otro de los agentes, no lo dudó: «Me quité el chaleco y el cinturón y me tiré al agua», relata este policía nacional que reconoce que no pensó en el riesgo que corría. «No pensé en en frío, en las corrientes o en que podía ser arrastrado con ella y morir«, añade.

Los agentes que intentaron sujetar a la joven en el puente necesitaron la asistencia sanitaria porque  sufrieron lesiones en sus extremidades debido al enorme esfuerzo. Además, el agente que se introdujo en el río y dio alcance a la joven, tuvo que ser trasladado hasta un centro hospitalario donde fue asistido por hipotermia.

Finalmente la joven se ha recuperado de una situación que tardará en olvidar. «Nunca habíamos tenido que actuar en una situación como ésta, pero siempre tenemos claro que es nuestro trabajo, cueste lo que cueste», aseguran.


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Los cuatro policías podrían ser recomendados para recibir la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, condecoración que se entrega a aquellos agentes que arriesgan sus vidas en una actuación para salvar o ayudar a otras personas.