En el PSOE no quieren contribuir a un desgaste irremediable por el conflicto nacionalista en CataluñaLos barones actuales del PSOE e históricos del partido entienden que un «indulto injustificado» sería demoledor para el partido y hay quienes entienden que el coste político será también electoral y trascenderá la Moncloa, hasta los territorios. En este sentido las filas del PSOE aragonés ya temen que la contundencia de Lambán respecto al nacionalismo no sea suficiente por la ‘marca’ que deja el sanchismo en este asunto. Otro histórico del PSOE, el expresidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha pedido este lunes al jefe del Ejecutivo y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, que autorice un referéndum para que las bases del PSOE se pronuncien sobre la concesión de los indultos a los líderes del ‘procés’.

En una entrevista en Telecinco, recogida por Europa Press, el exdirigente ha recordado que la actual dirección del PSOE «llegó al poder diciendo que quería que hablara la militancia». «Lo mejor sería que se hiciera un referéndum, que hace tiempo que no hablan las bases, y en función que el Ejecutivo tome las decisiones», ha apuntado. Rodríguez Ibarra también ha propuesto al Partido Popular que, «en lugar de irse a la Plaza de Colón» a manifestarse, «se vayan al Parlamento» y ofrezca al Ejecutivo los escaños necesarios en temas «importantes«, evitando así que el Gobierno dependa de los votos de los independentistas. En el Ejecutivo de Pedro Sánchez asumen ese coste, pero se aferran a la «utilidad pública» y el «interés general» y consideran que quedan meses de legislatura por delante. Esto hará que el efecto negativo de la concesión de los indultos se difumine en estos tiempos de «política líquida».

En las últimas horas el silencio inicial se ha ido rompiendo, de manera tímida primero por el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que en su cuenta de Twitter aseguró que «resulta evidente que no debe ser indultado quien no quiere serlo, porque no respeta ni cree en las leyes que lo hacen posible». A él se han ido sumando otras voces más o menos altisonantes. Entre ellos, los ex presidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que muestran lo polarizadas que están las posiciones. González defendió «en las condiciones actuales, no lo concedería», mientras que Zapatero se mostró más posibilista y es «partidario» de la medida de gracia, si con ello se consigue el reencuentro en Cataluña.

Desde Moncloa se reivindica la autonomía del Gobierno sobre la resolución de la medida de gracia, «es una decisión del Consejo de Ministros» y se tilda, de «liderazgo valiente» que se requiere para resolver un problema.