Teruel es la provincia menos poblada de Aragón pese a que es la segunda en número de localidades (236), por delante de Huesca (202) y no tan lejos de Zaragoza (293). El principal motivo es que el medio rural está cada vez más despoblado. Un fenómeno que es negativo para casi todo. Pero, tratando de ver el lado positivo, es uno de los factores que hacen que los pueblos de Teruel tengan un encanto especial.

Tanto por sus gentes como por su gastronomía, su naturaleza y su patrimonio la lista de lugares a los que ir sería infinita. Siete de ellos cuentan con el título de Pueblo más Bonito de España. Esos y otros forman parte de la siguiente selección con al menos diez pueblos de Teruel perfectos para una escapada.

ALBARRACÍN

Panorámica de Albarracín. / HOY ARAGÓN

La joya de la corona de los pueblos de Teruel con más turismo es Albarracín. Simplemente pasear por sus calles ya es un espectáculo. El municipio conserva la distribución medieval, las casas de piedra, las calles estrechas… Si además se entra a la catedral del Salvador y se realiza la ruta por la muralla, hasta el castillo medio derruido, el día es redondo. Para comer, hay varios restaurantes de toda la vida, con menús del día a precios razonables y comida casera. Es uno de los siete municipios turolenses que forman parte de la lista de Pueblos más Bonitos de España.

VALDERROBRES

El puente que cruza el río Matarraña en Valderrobres. / HOY ARAGÓN

Lo atraviesa el río Matarraña y el puente para salvarlo separa la zona antigua, la más alta y turística, de la parte nueva, la más actual y residencial. Se trata de Valderrobres, uno de los pueblos de Teruel con más encanto y también cuenta con el sello de Pueblo Más Bonito de España.

MIRAMBEL

Una calle típica de Mirambel. / Turismo Aragón

Mirambel, en el Maestrazgo, comparte ranking nacional con los dos anteriores pueblos de Teruel. Apenas cuenta con 130 habitantes y en sus calles parece que el tiempo se ha detenido. Sigue siendo la villa medieval que fue, con una muralla alrededor que la protege de los enemigos. Pero los turistas y visitantes cívicos siempre son bienvenidos. El casco antiguo de la localidad está declarado Bien de Interés Cultural y posee la Medalla de Oro de Europa Nostra.

PUERTOMINGALVO

Casco urbano de Puertomingalvo. / Los Pueblos más Bonitos de España

Uno más para la lista de pueblos turolenses es Puertomingalvo. Situado en la comarca de Gúdar-Javalambre, su máximo exponente patrimonial es el edificio del Ayuntamiento, del siglo XIV. Ubicado encima de un promontorio rocoso, lo preside su castillo y el casco antiguo destaca por sus calles estrechas y de trazado laberíntico. Junto con la casa consistorial, otras muestras de la rica arquitectura popular son la Casa Lloveros, el Hospital de Santa María o la ermita de Santa Bárbara.

RUBIELOS DE MORA

Rubielos de Mora es uno de los pueblos de Teruel con más encanto. / Turismo Aragón

Es el gran mirador natural del altiplano de Teruel, asentado sobre una planicie de casi mil metros de altitud a 50 kilómetros de la capital. Se trata de Rubielos de Mora, también conocido por su situación geográfica como el pórtico de Aragón y es otro de los Pueblos más Bonitos de España que están en Teruel. En su visita no puede faltar la excolegiata de Santa María la Mayor y las dos puertas que quedan en pie de las siete que existieron en su día para proteger el pueblo con un recinto amurallado.

CALACEITE

Plaza mayor de Calaceite. / Los Pueblos más Bonitos de España

Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1973, Calaceite es uno de los pueblos de Teruel más próximo a la frontera catalana. Está en el Matarraña y también forma parte de la lista de Pueblos más Bonitos de España. Como en la mayoría de estos municipios, pasear por sus calles es ya todo un privilegio para los sentidos. Desde su plaza Mayor se van tejiendo recorridos para conocer el pueblo, lleno de casas solariegas de piedra con balcones de forja.

CANTAVIEJA

Al fondo, la torre de la iglesia de la Asunción, en Cantavieja. / Turismo Aragón

Casi en el límite con la provincia de Castellón, Cantavieja, otra de las joyas del Maestrazgo aragonés, es el último representante turolense de la lista de Pueblos más Bonitos de España. Se asienta sobre un peñón calizo a 1.300 metros de altitud y es el centro neurálgico de la comarca. Durante los siglos, Templarios, San Juanistas y Carlistas han dejado su sello en este pueblo de Teruel en forma de edificaciones, historias, gastronomía, caminos y sendas.

MIRAVETE DE LA SIERRA

Miravete de la Sierra, a orillas del río Guadalope. / Turismo Maestrazgo

De tener 2.500 habitantes a principios del siglo XX a la casi desaparición y el resurgir de sus cenizas. Es un resumen muy resumido de la historia de Miravete de la Sierra, uno de esos pueblos de Teruel donde la despoblación ha hecho estragos. Tocó fondo hace unos años, con seis habitantes y ahora ronda los 35. Tal es su fama que apareció en una campaña publicitaria bajo el eslogan de “El pueblo donde nunca pasa nada”. Pero si se mira con los ojos apropiados, pasa, y mucho. Visitar este municipio del Maestrazgo es cruzar por un puente medieval sobre el río Guadalope, pasear por sus calles empedradas con casas solariegas y escuchar el brotar de agua clara de la fuente situada en la plaza del pueblo.

BECEITE

Ruta del Parrizal, en Beceite. / Turismo Aragón

Beceite es otro de esos pueblos de Teruel con encanto donde la visita turística se puede completar con una ruta a uno de los enclaves naturales más populares de Aragón. Se trata del Parrizal, un paraje de aguas cristalinas entre rocas al que se puede llegar a pie, realizando un recorrido de pasarelas de once kilómetros de ida y vuelta. En el caso urbano del pueblo merece la pena visitar la iglesia de San Bartolomé o la cárcel antigua.

PERACENSE

Castillo de Peracense. / HOY ARAGÓN

Teruel, como Juego de Tronos, tiene su propia fortaleza roja. Se trata del castillo de Peracense, localidad de la comarca del Jiloca donde en el siglo XIII se levantó una imponente construcción para defender la frontera con Castilla. El castillo se asienta en plena roca y destaca por el color rojo del rodeno, una piedra arcillosa propia de la zona, con el que se construyó. Hasta allí se puede subir desde el casco urbano, tanto a pie como en coche.