El diputado aragonés Ramón Celma ha sido elegido este sábado presidente del PP de Zaragoza durante el 17 Congreso provincial del partido que se ha emitido de forma telemática pero que ha clausurado presencialmente el líder nacional del partido, Pablo Casado.

El portavoz del PP de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente en las Cortes de Aragón ha conseguido un apoyo de casi el 95 % de los 299 votos emitidos telemáticamente, mientras al acto han asistido también de forma presencial el presidente del partido en Aragón, Luis María Beamonte, y el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón.


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En su discurso Celma ha llamado a «ser racionales» en una época de «falsos apasionamientos», en la que los políticos no pueden ser «agitadores sociales en tiempos de dificultad». «Los ciudadanos no quieren más gritos, quieren ayuda. No quieren pasado, quieren futuro«, ha señalado.

La ayuda en plena pandemia a las personas mayores, a los hosteleros, a los agricultores y a los ganaderos o el apoyo a los padres que tienen hijos en edad escolar y quieren escoger entre la educación pública, concertada o privada son algunas de las acciones que ha citado en su discurso tras la elección.

EL PACTO CON BILDU

Tras elogiar la «vocación política» de Celma, el discurso de Casado ha sido una crítica constante al borrador de Presupuestos presentado para el Gobierno PSOE-UP para 2021, no solo porque ha sido cuestionado por organismos como la Airef, el gobernador del Banco de España o ayer mismo por el Fondo Monetario Internacional o porque van a ser las clases más bajas las más perjudicadas por las subidas de impuestos y tasas, sino por los pactos que ha suscrito para sacarlos adelante.

Para el líder del PP el problema no es solo por una cuestión económica «equivocada» sino que «los vende a cambio de los acuerdos más inconfesables«, motivo por lo que ha apelado a Sánchez a que «diga la verdad», al tiempo que ha recordado que esta es la sexta vez que pacta con Bildu pero «la primera que lo hace sin necesitar sus votos». «Sin decir qué ha pactado, tenemos que imaginarlo«, ha lamentado.

«No se puede mandar un mensaje de que la gente que ha matado 850 personas en España son socios homologables en el entorno político en el que sus padres desarrollaban su vocación pública» y que en España «se pactaba con un partido que no reniega de esa dictadura del terrorismo», ha lamentado Casado, quien ha pedido a Sánchez que escuche a Borja Giménez y a su hermano y les explique «porqué se puede pactar con un partido que asesinó a su padre (presidente del PP de Aragón Manuel Giménez Abad) por la espalda».


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Ante el «funambulismo» de Sánchez, Casado quiere que el PP sea la «casa común» de «todo el constitucionalismo, moderados, centristas y europeistas, de quienes están contra Bildu, de quienes quieren vivir en una España plural pero unida y que consideran que la Transición fue lo mejor que hicimos juntos para las futuras generaciones» y de quienes quieren que los políticos resuelvan sus problemas y «no pongamos nuestras ideas contra su vida».

Beamonte por su parte ha aprovechado su intervención para criticar al Ejecutivo encabezado por Lambán, que también acaba de presentar el proyecto de presupuestos para el 2021, a su juicio, «cuadrado a martillazos» y que representa «una falsedad, un engaño y una huida hacia delante».

«Arruinar una Comunidad Autónoma es la peor política social que se puede hacer, y estamos en ese camino, por desgracia», ha lamentado el diputado autonómico, quien ha pedido a Lambán que abandone su política de «fingimiento» y que responda ante el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

NI UN EURO A ZARAGOZA

Por su parte, el alcalde de Zaragoza también ha sido crítico con la gestión de la crisis a nivel estatal y autonómico, y ha señalado que, cuando otras Administraciones no llegan, sus vecinos pueden estar seguros de que contarán con la ayuda del Ayuntamiento.


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El regidor, que ha liderado la oposición al acuerdo entre el Gobierno central y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para los fondos de recuperación económica, como ha reconocido el propio Pablo Casado, ha dicho que la ya conocida como «Rebelión de los alcaldes», no fue una rebelión «sin causa».

Ha recordado que cuando su equipo conoció que recibiría «cero euros» de los 5.000 millones planteados, decidieron que «iban a luchar por que Zaragoza tuviera las ayudas proporcionales al esfuerzo de los ciudadanos»