«Estamos mejor en la calle; así no se puede trabajar». Es parte del relato que hace a HOY ARAGÓN una sanitaria que trabaja en el Centro de Salud del céntrico barrio zaragozano de San Pablo. Una situación, según explican, que llevan soportando desde estas pasadas navidades. «Llevamos así al menos dos semanas. Los pacientes cuando llegan y les decimos que se desnuden para alguna exploración se quedan helados», asegura esta sanitaria que prefiere mantenerse en el anonimato.


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Trabajan con tres o cuatro capas de ropa, con la complicación que tiene eso de cara a su trabajo con los pacientes. «Todos con abrigo, con guantes, con chaquetas e intentando movernos para no coger frío. Esto es surrealista», añade. Hasta los pacientes les preguntan que pasa y por qué nadie hace nada al respecto. «Resulta que en verano estuvimos a 36 grados sin aire acondicionado y ahora esto. Es difícil de soportar», dice.

No es la primera vez que este diario digital se hace eco de una situación de precariedad laboral vinculada a la sanidad aragonesa. Hace unos meses les tocaba a los trabajadores de ambulancias, que levantaban la voz para denunciar recortes en sus puestos de trabajo. Ahora les toca a los sanitarios de los centros de salud, aquellos que están al pie de cañón en barrios y pueblos de Aragón.


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LA SOLUCIÓN, CUATRO ESTUFAS

Todavía nadie les ha dicho nada acerca del día en el que podrán trabajar con la normalidad necesaria. Mientras tanto aseguran que les han enviado algunas estufas para intentar paliar esta ya de por si complicada situación. «Con cuatro estufas para calentarnos todos. Dejamos las puertas entre consultas abiertas y la estufa en medio a ver si llega el calor a las dos habitaciones. Así andamos», relata una enfermera de San Pablo.

También hay quien se lleva pequeños aparatos de calor desde casa. Remedios particulares para soportar largos turnos laborales que aguantan, según dicen, a duras penas y ante la atónita mirada de todos aquellos que entran al Centro de Salud para ser tratados de alguna dolencia.

Al parecer, la carencia de alguna pieza para reparar o subsanar el problema de la calefacción es la causante de esta situación que, dicen, se está alargando demasiado en el tiempo. «Es una vergüenza que todavía estemos así. La historia se repite; como en verano pero ahora congelados. No entendemos cómo creen que podemos hacer bien nuestro trabajo y luego está la imagen que damos al paciente», reivindican los sanitarios afectados.


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Cansados de está situación han decidido, tras dos semanas de inacción por parte de los responsables, dar eco al día a día que están pasando y que todos los que pasen por el Centro de Salud de San Pablo pueden ver.