Hace tan solo un día, la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, definía la situación hospitalaria como de “muy preocupante”.


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La situación de “tensión” que describía la consejera del ejecutivo aragonés hace 24 horas, tanto en ingresos hospitalarios como en las Unidades de Cuidados Intensivos, queda reflejada en los datos actuales: 122 personas en UCI y 887 hospitalizados por COVID-19.

Según fuentes de la Dirección General del Salud actualmente hay un total de 1.009 ingresos por el virus, casi la mitad se encuentran en el Hospital Clínico, el Universitario Miguel Servet y el Hospital San Jorge de Huesca.

Las mismas fuentes explican que todavía hay 1.087 camas libres en hospitalización convencional y 52 en UCI, a las que hay que añadir cinco camas sin respirador. A pesar de este margen, la presión hospitalaria sigue siendo tal que los principales hospitales de la Comunidad están haciendo lo imposible para albergar tanto ingreso.

UNA SALA ESPERA ‘CONTENEDOR’

En estos momentos, y según fuentes internas del Hospital Royo Villanova de Zaragoza, con un total de 112 hospitalizados por COVID-19, se están montando contenedores como espacios modulares prefabricados para aumentar el espacio de la unidad de Urgencias del hospital.


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Estos módulos, según las mismas fuentes, se convertirán en zona de espera, bien para familiares o enfermos, con el fin de que no tengan que esperar en plena calle. La actual zona de espera dentro del recinto hospitalario se convertirá en zona COVID y formará parte del espacio destinado ingresos de enfermos por coronavirus.

Es la imagen de la lucha contra la pandemia que está obligando a reacondicionar e incluso ampliar los espacios de los principales hospitales de la capital reacondicionando zonas para poder hacer frente al aumento de ingresos, a pesar que la incidencia del virus ha bajado a 900 casos por 100.000 habitantes.