Los sindicatos médicos y de enfermería aragoneses han denunciado este martes un abandono por parte de los responsables políticos y una falta de planificación para afrontar una segunda ola de COVID-19, al tiempo que han pedido «respeto» hacia su trabajo y sus pacientes y amenazan con una huelga general.


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«Los problemas que hemos denunciando durante años se han agravado con la pandemia hasta llegar a una situación insostenible, no hay recursos ni plantillas suficientes y los profesionales estamos agotados, sin que se nos reconozca además el esfuerzo extra que realizamos a diario para suplir estas carencias», han denunciado durante una concentración a las puertas del edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón.

Con la protesta, los profesionales sanitarios han querido denunciar la situación límite que vive en estos momentos la Sanidad aragonesa, de falta de medios y plantillas adecuadas, tanto en Atención Primaria como hospitalaria, agravada durante los siete meses de pandemia.

Con el lema «Por nuestro trabajo, por nuestros pacientes», CEMSATSE ha programado además concentraciones semanales a partir de este jueves, 22 de octubre, y hasta el 3 de diciembre, fecha a partir de la cual, si no han obtenido respuesta, convocarán a los 20.000 trabajadores de la Sanidad aragonesa a una huelga general.

Desde la coalición que agrupa a los sindicatos médicos CESMAragón y FASAMET y de enfermería SATSE, denuncian además el incumplimiento por el Servicio Aragonés de Salud del acuerdo de desconvocatoria de huelga suscrito en abril de 2019. «Nos tomaron el pelo, fue un año perdido en el que no quisieron avanzar en los grupos de trabajo y soluciones acordadas«, aseguran.

Una de las principales quejas hacia la Administración es la imagen de los centros de salud que está llegando a los ciudadanos, con la combinación de la asistencia presencial y telefónica.

Los profesionales de Atención Primaria aseguran que están abiertos, «con múltiples labores, y la gente en ningún momento está desasistida, quien necesita una cita inmediata la tiene ese mismo día o al siguiente», pese a que supone mucho más trabajo, con el doble de pacientes por jornada.

Por ello, reclaman campañas de información que expliquen los procedimientos y todo el trabajo que se realiza, así como medidas para una mejor organización, que descarguen las tareas burocráticas en otros profesionales.

También inciden en la falta de planificación tras la primera ola del coronavirus para garantizar no solo el servicio, sino la seguridad de profesionales y pacientes, con medidas en aforos o circuitos que eviten contagios.


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La falta de EPI en distintos centros es otro incumplimiento «reiterado» de los derechos del personal que vuelve a denunciar el colectivo junto a la petición de que se reconozca y recompense la sobrecarga de trabajo que ha supuesto la pandemia.

También que se negocie la retribución de horas de guardia y complementos, la redefinición de los puestos de difícil cobertura, la revisión del sistema de Atención Continuada o las ratios de personal de enfermería y que se mejoren las condiciones de trabajo del personal en formación vía MIR/EIR.