El presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, aseguró ayer que las «falacias y mentiras» vertidas desde la Generalitat de Cataluña respecto a la propiedad de los bienes del Monasterio de Sijena han hecho de este monumento un «símbolo» del Estado de Derecho.

Lambán realizó estas declaraciones tras presidir una reunión de su Consejo de Gobierno celebrada en el Real Monasterio de Santa María de Sijena para conmemorar el año transcurrido desde el retorno de las piezas del monasterio que permanecían depositadas en el Museo de Lérida, en una operación policial muy criticada desde las filas del independentismo.

En la comparecencia de prensa posterior junto a sus consejeros, anunció, además, que a finales de este año y principios del siguiente dispondrá de un informe de sus servicios jurídicos para iniciar una demanda en los tribunales con el fin de recuperar el resto de patrimonio de Sijena que permanece disperso en Cataluña.


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Sobre el retorno de 44 bienes, de lo que ayer justo se cumplió un año, el presidente de Aragón precisó que no se produjo como consecuencia de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, una «falacia radicalmente falsa» que ha atribuido al nacionalismo catalán.

Lambán recordó que la ejecución judicial del traslado se llevó a cabo tras los «reiterados incumplimientos» por parte de la Generalitat de sentencias que ordenaban su devolución al Monasterio de Sijena. El responsable autonómico subrayó que la operación de traslado de los bienes evidenció la «prevalencia» del Estado de Derecho.

LA EXCEPCIÓN DE CUMPLIR LA LEY

«Si pareció excepcional es porque la presencia del Estado en Cataluña se ha convertido en algo excepcional, después de décadas de dejación de sus funciones» en dicha comunidad autónoma, explicó Lambán. Por esta razón, insistió en que el cumplimiento de las sentencias en Cataluña como la de los bienes de Sijena «debe de ser la norma y no la excepción».

En respuesta a las críticas del nacionalismo sobre el regreso de los bienes, Lambán señaló que el «único expolio» que se produjo fue en Aragón, un expolio, añadió, que la Generalitat «mantiene» al no devolver las pinturas murales de la Sala Capitular del monasterio.

El presidente aragonés explicó que este expolio lo propiciaron al inicio de la Guerra Civil unas milicias procedentes de Cataluña y «amparadas por la Generalitat» que, resaltó, incendiaron el monasterio, y lo culminó Josep Gudiol arrancándolas de los muros para trasladarlas a Barcelona.

«Ha habido un expolio del patrimonio aragonés», insistió Lambán, para quien las «dos herramientas para combatir la vesania y la locura independentista son la ley y la verdad».

EL PRÓXIMO RETO: LAS PINTURAS MURALES

En este sentido, el presidente aragonés tachó de «falacia» los argumentos vertidos por especialistas en arte catalanes sobre la imposibilidad de trasladar las pinturas murales sin causarles daño, ya que desde su estancia en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) han sido movidas en diversas ocasiones, en dos de ellas para exposiciones en Nueva York y Londres.


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También consideró «mentiras» las afirmaciones respecto a las opiniones de estos especialistas al cuestionar el cuidado del patrimonio en la Comunidad aragonesa, subrayando que «Aragón puede dar lecciones a los expertos catalanes sobre conservación».

En su intervención, el presidente aragonés ha reiterado su exigencia al Estado de «recuperar su presencia en Cataluña, que no debió de perder haciendo dejación de sus funciones». Lambán aseguró no haber mantenido ningún contacto con su homólogo catalán, Quim Torra, sobre ningún asunto de interés para ambas comunidades.

«Dudo mucho que pudiera hablar con Torra más de tres minutos seguidos, porque me declaro absolutamente incompatible con este personaje tan estrafalario y fascistoide«, añadió.