El teletrabajo ha venido para quedarse en muchos casos, y esto cambia las reglas del juego. Vivir fuera de las grandes ciudades es más barato y, con buenas conexiones y buenos servicios, los profesionales que puedan desarrollar su carrera en remoto al 100%, especialmente trabajadores jóvenes, se plantean seriamente el cambio de residencia a lugares más tranquilos y económicos.

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Así lo indica el último informe de Infojobs sobre la Vuelta a la Oficina. Según el mismo, uno de cada cuatro teletrabajadores, concretamente un 24%,  dejará su lugar actula de residencia a lo largo del próximo año para vivir, principalmente, fuera de áreas urbanas. De ellos, un 17% indica que lo hará de forma puntual y el 7% restante de forma permanente.

Respecto al destino que estos escogerán para teletrabajar, puede definirse atendiendo a la información proporcionada por el informe ‘Radiografía del mercado de la vivienda 2020-2021: un año de pandemia de Fotocasa’, que destaca como principales destinos las zonas rurales (46%), seguidas de las localizaciones cercanas a la costa (33%), el extrarradio de las grandes ciudades (22%) y las capitales de provincia (21%).

Estos datos dejan entrever, por tanto, que el teletrabajo puede convertirse a largo plazo (actualmente los datos del INE no detectan cambios significativos en la movilidad) en una solución al éxodo rural, al mismo tiempo que revitalizar la compra y alquiler de viviendas en determinadas zonas azotadas actualmente por la despoblación, lo cual podría suponer un gran beneficio dada la situación de Aragón.

SE INCREMENTA LA DEMANDA DE SEGUNDA RESIDENCIA

De hecho, tal y como recoge el análisis de Fotocasa Research ‘Perfil del comprador de segunda residencia’, 2021 ha terminado con la tendencia a la baja en la demanda de vivienda de segunda residencia. Por primera vez en los últimos cuatro años, la demanda de vivienda para segunda residencia, tanto de compra como de alquiler, se ha incrementado en un 11%.

En palabras de Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs. “La irrupción del teletrabajo y la aceleración del mundo digital han aportado una flexibilidad y cambio de mentalidad que, además de exigir modificaciones en la estructura de las organizaciones o la capacitación del personal, están provocando un cambio de la cultura del trabajo”.

Pérez añade: “Por ello, resulta fundamental que tanto la administración, como los sindicatos y las empresas profundicen mediante el diálogo en la ley del Teletrabajo, para abordar todas aquellas casuísticas que no se han contemplado hasta ahora”.