Agricultura, industria y servicios son los tres pilares económicos sobre los que se sustenta Tarazona. La ciudad ha conseguido mantenerse en los últimos 15 años en un rango poblacional entre los 10.500 y los 11.100 habitantes. Su alcalde, Luis José Arrechea, hace una radiografía de su mandato y hace hincapié en la necesidad de actuar en dos infraestructuras, la autovía A-15 y el desdoblamiento de la carretera nacional 122, así como en conseguir un suelo industrial que sea asequible económicamente para favorecer el asentamiento de empresas y de población en la localidad.

PREGUNTA. ¿Qué balance hace del mandato?

RESPUESTA. Ha sido una legislatura complicada, muy complicada. No obtuvimos la mayoría absoluta y el Gobierno municipal del PP contó en sus primeros momentos con el apoyo de la única concejal de Ciudadanos. Posteriormente pasamos a un gobierno en minoría ante el que la oposición hizo un frente común, un bloque inmovilista. Con este escenario nos enfrentamos, por supuesto, a la pandemia y la posterior crisis económica, además de otros momentos críticos como el temporal de Filomena y el gran incendio devastador que sufrimos en nuestra comarca el pasado verano. A pesar de todo ello, hemos tenido el tesón, la capacidad de trabajo y el esfuerzo de sacar una ciudad adelante, sin el mínimo apoyo por parte de otras administraciones.

Ahí están los números, que nos señalan que hemos logrado mantener nuestra población en el apartado demográfico. En lo económico y social, se ha reducido el paro en tres puntos porcentuales, se han triplicado las ayudas a las familias más vulnerables, a comercios, hostelería y empresas, y se han invertido más de seis millones de euros en servicios e infraestructuras para todos los turiasonenses.

¿Qué balance hace de la situación demográfica?

A principios de la segunda década de este siglo Tarazona contaba con unos 11.100 habitantes y en 2018 bajamos hasta los 10.400 habitantes, fue nuestro ‘suelo demográfico’. En la actualidad tenemos 10.750 habitantes, una cifra semejante a la de 2007, un momento previo a la crisis que llegó en 2008 y en adelante. El análisis de la situación nos dice que no ha habido un cambio demográfico muy brusco en los últimos 15 años; es decir, hemos estado siempre dentro del rango de los 10.500 a los 11.100 habitantes, y en el último año o año y medio hemos sido capaces de incrementar esa cifra hasta alcanzar, como decía, las 10.750 personas.

Puede parecer sencillo mantener constante el número de vecinos o incluso aumentarlo, pero lo cierto es que es un trabajo arduo que exige buscar siempre las fortalezas y los atractivos de la ciudad para intentar asentar población, para que cada vez haya más turiasonenses levantando en esta tierra su proyecto de vida.

¿Afecta en Tarazona la falta de vivienda para nuevos pobladores?

El mercado de la vivienda en Tarazona absorbe unas 70-80 viviendas al año, no podemos decir que es una cifra excesiva. Además, muchas de ellas están siendo habitadas en régimen de alquiler o de alquiler con opción de compra. Sí es cierto que hay una alta demanda de vivienda en alquiler, con una escasa oferta, pero que la dimensión de ese problema no ha llegado a los escenarios que estamos viendo en otras poblaciones similares a la nuestra. Dicho esto, también tenemos que analizar y sopesar que la rehabilitación y revitalización de nuestro casco histórico puede y debe ser una de las soluciones al problema de la vivienda en nuestra ciudad, pero no la única.

¿Cuáles son los motores económicos y de empleo en la ciudad?

La estructura económica de Tarazona se vertebra en tres vectores: agricultura, servicios e industria. La agricultura necesita un impulso importante y en el Ayuntamiento decidimos acompañar los procedimientos de concentración parcelaria. Se puso en marcha una oficina específica para ver el porcentaje de aceptación de los propietarios para comenzar con el expediente de la concentración y al mismo tiempo redactamos el proyecto de la mejora de regadíos en el monte de la Dehesa, con la idea de que sirviese como referente para implantar nuevas técnicas, nuevos sistemas de cultivo.

El sector servicios, que engloba al comercio, el pequeño comercio y la hostelería, experimentó un crecimiento que tocó techo en 2015-2016 y que se ha sostenido desde entonces; ya hemos recuperado las cifras pre-pandemia y el principal reto del comercio local es la digitalización. Estamos apoyando nuevos modelos de venta, fomentando los e-commerce e incentivando el mercado de cercanía: las tres acciones son imprescindibles para reforzar a pymes y autónomos de la ciudad.

Panorámica de Tarazona / Ayuntamiento Tarazona

Por último, la situación de la industria en la ciudad ha experimentado una ralentización desde que Cooper se instaló en el polígono industrial. En mi opinión hay dos factores fundamentales que hacen que en los últimos tiempos Tarazona no resulte atractiva para la implantación empresarial: uno de ellos son nuestras infraestructuras viarias, para lo que es fundamental el desdoblamiento de la N-122 hasta Gallur para entroncar con la autovía y también la culminación de la A-15, que nos conectaría con Madrid y con el norte peninsular. Si tuviésemos esas dos infraestructuras terminadas la realidad sería otra muy distinta.

Por otro lado, tenemos un problema con el suelo industrial: dependemos de un polígono SEPES en el cual hay un precio por metro cuadrado que no es atractivo ni competitivo, sobre todo si lo comparamos con Comunidades Autónomas limítrofes con precios mucho más ventajosos. Con un gobierno autonómico que apoyase y nos ayudase en esa implantación y con un convenio para afrontar el crecimiento industrial –que ha sido imposible sacar adelante con DGA, DPZ y SEPES en estos dos años por falta de voluntad política de esas administraciones– Tarazona sería un punto muy atractivo por su situación geográfica para la atraer e implantar nuevas empresas.

¿De qué manera afecta a Tarazona estar en el límite de varias comunidades?

Somos una ciudad fronteriza con Navarra, Castilla y León y La Rioja y en circunstancias normales esto debería de ser una fortaleza y un atractivo a la hora del asentamiento empresarial y asentamiento poblacional, pero la realidad es otra: no somos competitivos con el precio de suelo industrial y no tenemos unas conexiones viarias adecuadas para poder ser centro de atracción. Si fuésemos capaces de impulsar dos estructuras viarias, que tampoco son tan costosas, como son la autovía A-15 para conectar con la autovía de Soria-Medinaceli-Madrid, y por el otro lado con la autopista a Pamplona y el norte de España, junto al desdoblamiento de la N-122 para entroncar con la A-68, nuestra realidad como ciudad fronteriza cambiaría por completo. Estamos perdiendo oportunidades.

¿Qué peso tiene el turismo?

Tarazona es una ciudad preciosa, con muchísimos puntos de interés turístico y con una percepción de la historia en sus calles de la que pocos lugares dentro y fuera de la Comunidad pueden presumir. La apertura de la catedral en 2012 y la creación de la Fundación Tarazona Monumental trajo un cambio exponencial en el turismo: ya éramos punto atractivo para el turismo de interior, pero esos hitos fueron claves y el Ayuntamiento siempre ha tenido la conservación y promoción del patrimonio como una prioridad. Somos conscientes del daño que hizo la pandemia al sector servicios, encargado de atender a todos los turistas que nos visitan, y por eso hemos trabajado para apoyarles y ayudarles con iniciativas que desde otras administraciones no supieron o quisieron implementar.

No puedo elegir un solo rincón de Tarazona para ejemplificar lo que se pueden encontrar quienes la visitan, así que añadiré el Palacio episcopal, el bautisterio del siglo IV, nuestra rehabilitada judería y nuestro casco histórico. Pero hay mucho más.

¿Qué destacaría de su acción de gobierno en esta legislatura?

Se ha trabajado mucho, se ha trabajado duro y se ha trabajado bien. Hace dos años elaboramos el plan estratégico para la reactivación y rehabilitación del Casco Histórico con las directrices de las actuaciones más urgentes para llevar a cabo. Hemos ejecutado varias obras de reforma y rehabilitación en edificios claves del casco y hemos adquirido varios solares para vivienda social. En materia de juventud y deportes, Tarazona es referente por su agenda deportiva y las actividades saludables: hemos invertido casi un millón de euros en colocar césped artificial en nuestro campo de fútbol y en acondicionar infraestructuras y levantar otras nuevas para practicar fútbol 7, parkour, calistenia, skateboard o pump-track, por citar algunos ejemplos, o la instalación de un rocódromo y un búlder.

También se han en marcha los expedientes de concentración parcelaria, hemos acondicionado más de 165 kilómetros de caminos rurales, invertido 950.000 euros en tres tomas de agua para llenado de fitosanitarios y finalizado la mejora de regadíos en la Dehesa. En cuanto a urbanización y servicios, se han invertido más de cuatro millones de euros para mejorar las redes de abastecimiento en varias zonas de Tarazona, renovar el alumbrado y arreglar o cambiar el pavimento en distintos barrios, con la reforma íntegra de la plaza San Francisco como una de las actuaciones más destacadas. En el plano industrial finalizaremos este año con la adquisición de 15.000 metros cuadrados de suelo por un importe de 735.000 euros.

También hay que destacar que, en una legislatura marcada por la crisis sanitaria del Covid, el Ayuntamiento de Tarazona ha destinado en dos anualidades más de 1,5 millones de euros a ayudas sociales, dirigidas a profesionales de la hostelería y comercios, por un lado, y a las familias más vulnerables de la ciudad, por otro. Ha habido líneas de apoyo a la dinamización del tejido industrial, se ha facilitado el acceso de jóvenes a vivienda y se han implementado bonos como el energético o para los nacidos en 2022.

Hábleme del Cipotegato: ¿Qué significa para Tarazona tanto en el aspecto cultural como en lo económico?

No cabe duda que el Cipotegato es uno de nuestros referentes y nuestro mejor embajador para promocionar y fomentar la marca Tarazona. El significado que tiene esta fiesta en el aspecto cultural y económico para la ciudad es importantísimo: son innumerables los autobuses y vehículos llenos de visitantes que llegan todos los 27 de agosto a Tarazona. Además, al ser una fiesta de interés turístico nacional, con la repercusión que eso conlleva, atrae a personas no sólo de regiones limítrofes, sino de todo el país. Para los turiasonenses el Cipotegato es un baluarte y una de nuestras máximas fortalezas para la venta de Tarazona. Quien haya vivido aunque sólo sea una vez las fiestas de San Atilano, lo sabe.

Para terminar, ¿qué retos tiene Tarazona por delante?

Una ciudad como Tarazona siempre tiene que ser ambiciosa en sus reivindicaciones y en su trabajo por mejorar y crecer día a día. En mi opinión, hay que hacer un esfuerzo brutal en la revitalización y rehabilitación de nuestro casco histórico con una estrategia que va a definir lo que es y será Tarazona en los próximos años. Tenemos que seguir trabajando para conseguir un suelo industrial asequible económicamente: si la fórmula es la implantación de un nuevo polígono anexionado al de SEPES, habrá que hacerlo así. No podemos dejar de luchar porque la A-15 sea una realidad y también el desdoblamiento de la N-122: la ciudad lo necesita para crear empleo, empleo de calidad, para que nuestros jóvenes retornen a nuestra ciudad y con ellos asentemos población.

La inversión para conservar nuestro rico patrimonio y seguir siendo un foco de atracción turística afianzará cada vez una mayor afluencia de visitantes a Tarazona y generará riqueza. También debemos impulsar nuestra agricultura, escuchando a nuestros agricultores y acompañándolos en cada proceso. En definitiva, tenemos que seguir trabajando en las líneas que han definido la gestión del Ayuntamiento en los últimos años para ir consiguiendo los resultados que Tarazona y sus vecinos necesitan y merecen.