La cartera de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente que gestiona Joaquín Olona junto con miembros destacados de Podemos en niveles secundarios es un polvorín. Si un día es la sentencia de la Audiencia Nacional contra la presa de Mularroya, otro día es la gestión de la depuración en Aragón u otro día es la ampliación de la pista de esquí de Cerler por Castanesa. Y estas tensiones abren una cicatriz en el seno del Gobierno socialista de Javier Lambán que gobierna junto a Podemos, Chunta y PAR.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Joaquín Olona, quiere quitarle hierro al asunto.El pasado viernes reconoció que había discrepancias en el seno de su departamento con los directores generales de Podemos pero negó que generen «inestabilidad». El consejero apuntó a que las discrepancias existen pero no son crecientes y tampoco implica que haya inestabilidad. «Le niego la mayor», remarcó el consejero a preguntas de un diputado del PP.

Esas discrepancias, entiende Olona, estaban asumidas desde el principio y con el objetivo de que no haya inestabilidad. Sin embargo, la situación se ha tensado tanto que dos hechos evidentes contradicen las palabras del consejero socialista. El más reciente es que la directora general de su departamento, Marta de Santos, protagonizara una concentración contra las políticas de Medio Ambiente del departamento al que pertenece. Otro asunto que también generó tensiones fue el voto individual y contrario a las tesis del Gobierno aragonés de otro miembro de Podemos, Diego Bayona, en una comisión ministerial por el lobo.

El diputado del PP, Antonio Romero, considera que puede ser contundente pero «no convincente». Y explica que en el cuatripartito al consejero Olonaa «le ha tocado bailar con la más fea» por «entregar» el área de medio ambiente a Podemos, es decir, «poner la zorra a cuidar las gallinas», con desencuentros en regadíos, la ampliación de Cerler por Castanesa, el lobo, las renovables, embalses o planes de gestión de la red Natura.

Una situación que para el diputado genera inestabilidad en el gobierno e incertidumbre entre los aragoneses, aunque lo niegue, y los aragoneses no pueden depender del «capricho» del director general de Medio Natural, Diego Bayona, y sus «amigos», en su mayoría » ecologistas radicales». Así, le ha instado a ponerse «en su sitio» y a dejar de hacer de «convidado de piedra».

«Difícilmente puede poner encima de la mesa cuestiones concretas que se hayan traducido en un perjuicio a la agricultura, la ganadería o a cualquier otro ámbito», porque más de declaraciones, lo que no hay es acciones contradictorias a las que defiende en el departamento, ha zanjado.