Justo en el momento en el que tanto Aragón como el resto de la Península están alcanzando las temperaturas más altas de todo el verano, el Observatorio de Sostenibilidad ha presentado un estudio basado en los datos de la Agencia Estatal de Meterología (AEMET) que muestran los efectos del calentamiento global en las últimas décadas.

De media, las 52 ciudades de España analizadas aumentaron su temperatura una media de 0,73º en el periodo 2011-2020 respecto al de 1981-2010. En lo que respecta a Aragón, dos ciudades están por encima de esa media. La peor parada es Teruel, que experimentó un aumento de 1,05º, sólo superada por Lleida, Jaén, Barcelona, Ávila, Murcia y Granada. También está por encima de la media Zaragoza. La capital aragonesa ha experimentado en la comparativa de dichos periodos un aumento de 0,95º.

El informe refleja también que entre 1987 y 2018 casi se duplicó la superficie artificial en España, pasando de 670.000 hectáreas en 1987 a 1.367.000; las superficies urbanas se multiplicaron por 1,5 y las zonas industriales, comerciales y de transportes por 3,5.

Aunque las zonas verdes se multiplicaron por 4,5 (de 13.501 a 64.800), no ha sido suficiente para detener el efecto isla de calor en las ciudades, según los autores del estudio. En ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Valencia se han llegado a detectar hasta 9 grados entre el centro de la ciudad y las áreas limítrofes.

Las previsiones a 2050 apuntan a que seguirán aumentando con una media de 2,61ºC grados centígrados, «si continúa la tendencia actual observada de emisiones y si no se realizan actuaciones de mitigación».

«ES NECESARIO ADOPTAR MEDIDAS SERIAS»

En este contexto, el Observatorio de Sostenibilidad llama a la acción a gobiernos, empresas, organizaciones sin fines de lucro, sociedad civil e individuos para «encarar la subida de calor de las ciudades». «Es necesario adoptar medidas muy serias y muy radicales para adaptarse al incremento ya detectado del aumento de temperatura en cada ciudad teniendo en cuenta la gran diversidad de situaciones ecológicas, económicas y sociales», ha advertido.

Aumentar el número de árboles, jardines, cubiertas y fachadas verdes; incrementar la presencia del agua en la ciudad, con fuentes, láminas de agua, humedales; colocar pavimentos drenantes para favorecer infiltración de agua; o crear anillos verdes, bosques urbanos, corredores ecológicos son algunas de sus propuestas.