El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha achacado este jueves a los trabajadores de las residencias de ancianos la proliferación de brotes de COVID-19 que se están registrando en estos centros en la Comunidad, con contagios entre usuarios y empleados.


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«Ahora, quienes introducen el virus en las residencias son los trabajadores», ha aseverado Lambán, quien ha rehusado entrar en detalles, aunque se ha referido a los casos de las residencias de Burbáguena (Teruel), con 2 fallecidos y 62 infectados entre cerca de cien residentes y quejas de trabajadores por no recibir equipos de protección completos hasta el pasado fin de semana, y de Chimillas, con un brote con 16 positivos del centenar de ancianos atendidos en el centro y detectado a raíz del positivo de una trabajadora sanitaria.

Son casos «un tanto escandalosos», ha subrayado Lambán en la rueda de prensa para hacer balance del año de gestión del Gobierno cuatripartito formado por PSOE, Podemos, CHA y PAR que lidera.

El presidente ha insistido en que la situación respecto a marzo nada tiene que ver, ya que las magnitudes son «difícilmente comparables entre sí» y en que en las residencias los contagios entonces derivaban del trasiego de residentes entre los centros y los hospitales y de las visitas de los familiares, algo que está ahora está «erradicado» como posibilidad de transmisión del virus.

En todo caso, ha incidido en que la situación exige que las residencias, por medio de sus órganos directivos y sus trabajadores, «extremen las medidas y eviten descuidos que pueden resultar después muy perjudiciales para la salud de los residentes».

LA REALIDAD DE LOS DATOS

Lambán ha reiterado que la situación nada tiene que ver con marzo y que los brotes se puedan afrontar de una manera «infinitamente mejor», aunque ha precisado que mañana, en la Conferencia de Presidentes en La Rioja, insistirá en la necesidad de que se produzca una homogeneización entre las Comunidades a la hora de dar las cifras de Covid-19 y que se verifique la «calidad» de los datos.

Según Lambán, no se trata de establecer agravios ni comparaciones porque tiene, ha dicho, «una idea bastante precisa de lo que está ocurriendo» pero sería «temerario» hacerla pública porque carece de datos suficientes para hacerlo.


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Eso, ha enfatizado, es una mala noticia, porque contar la verdad «sin ningún tipo de tapujo» es en sí mismo un elemento de salud, mientras que «las tergiversaciones, las ocultaciones y el manejo incompleto de los datos, lejos de reforzar las políticas sanitarias, se las debilita».

Lambán ha asegurado que su Gobierno va tomando medidas en la lucha contra el COVID-19 en función de la evolución de los datos, que no les ha «temblado el pulso» para adoptarlas y que se tomarán «todas las que sean necesarias para preservar la salud de los aragoneses», tratando de ser lo más sensibles que se pueda con la economía, aunque espera que no haya que tomar más y en este momento no le consta que el departamento de Sanidad así lo plantee.