Las asociaciones empresariales y turísticas del Pirineo aragonés urgen un plan de choque con ayudas específicas y concretas que permitan sostener el territorio en un momento en que el turismo, su única fuente de ingresos, se ha puesto «en jaque» con las medidas restrictivas adoptadas frente al COVID-19 y alertan de que el Pirineo se juega su presente y futuro.


Publicidad


Supone un tercio de la oferta de nieve de España está en Aragón, donde el sector representa el 7 % del PIB y el 10 % de la provincia de Huesca generando 1.300 empleos directos, 12.000 indirectos y más de 200 millones de euros anuales, a lo que se suma el movimiento de las ocho estaciones de esquí nórdico o de fondo, el esquí de travesía y las visitas al Pirineo para realizar raquetas, trineos o simplemente ver la nieve.

Las asociaciones del Valle de Benasque, de Sobrarbe, del valle de Tena y del Aragón han hecho público un comunicado conjunto en el que reclaman además de las instituciones apoyo para resistir el presente y preparar el futuro y en el que no es una opción «la ambigüedad ni esperar a ver qué sucederá».

Estos colectivos, que participarán en la manifestación convocada este miércoles en Huesca en apoyo del sector del turismo y de la nieve, aseveran que los valles del Pirineo afrontan el invierno «más duro» después de que el Gobierno de Aragón haya prolongado el confinamiento perimetral de las tres provincias y de la Comunidad hasta el próximo 12 de enero.

Una decisión que ha llevado a las estaciones de esquí a no abrir por el momento la temporada, a excepción de Astún, que sí lo hará este miércoles, día 23, como había anunciado.

El cierre de las estaciones y del turismo supone que peligren «no solo cientos de puestos de trabajo», sino «la continuidad de un modelo que sustenta la supervivencia de sus pueblos y habitantes«, agregan.


Publicidad


El cierre del pasado puente de la Constitución ha supuesto un impacto directo «dramático» sobre los habitantes del Pirineo que dependen del turismo que, además de perder prácticamente medio año de facturación, «ve amenazado tanto su futuro inmediato como sus perspectivas a medio y largo plazo».

Y alertan las asociaciones que se trata por tanto de una lucha «por la supervivencia del territorio» que podría pasar, dada su fragilidad y situación geográfica, a formar parte de la España vaciada. Urgen así ayudas para paliar la situación y un papel «protagonista» en los planes de recuperación para poder empezar a diseñar el Pirineo que se quiere para los próximos 30 años.