El zaragozano Javier Lainez llevaba días pensándolo. No hacía más que decirle a su mujer que tenían que hacer algo. «Cada vez que veía en la televisión a las familias pasando frío mientras huían de su país se ponía a llorar», relata Raquel. Decidieron llamar a la Asociación de Ucranianos en Zaragoza para ver cómo podían ayudar. «Nos dijeron que hablarían con la embajada y pensamos que no podíamos esperar tanto», explican. Fueron a la tienda Kozak, que dos ucranianos regentan en la calle García Sánchez en Zaragoza, y allí decidieron cargar cajas de comida y medicamentos que habían dejado los zaragozanos en una furgoneta. «Cerca de 50 cajas numeradas con medicamentos, pañales, comida, ropa… Todo lo que estos días han ido dejando los aragoneses que se han solidarizado con Ucrania», relata Raquel.

Javier decidió que estaba dispuesto a conducir los más de 2.500 kilómetros desde Zaragoza a la frontera de Polonia con Ucrania y quería salir cuando antes. Así que preguntaron entre las familias ucranianas en Zaragoza si alguien quería acompañarle. «A los diez minutos nos llamó una mujer ucraniana diciéndonos que su marido estaba dispuesto», recuerda Raquel. «¿Cuándo salimos?», dijo Ángel Luis Tomé, un vecino de Alagón, marido de una mujer colombiana y padre de una niño de doce años. «Cada vez que miraba la tele y veía a los niños me conmovía tanto que no podía soportarlo», dice Ángel a HOY ARAGÓN.

EN RUTA PARA TRAER REFUGIADOS

Ángel y Javier se conocieron ayer por la noche y salieron juntos con la furgoneta llena de cajas y de solidaridad de muchos aragoneses anónimos que condenan esta guerra. En el momento en el que estoy escribiendo esta historia, Javier y Ángel acaban de entrar en Alemania. Raquel, la mujer de Javier, sigue de cerca su ruta. «No han parado en toda la noche. Han entrado en Alemania y prosiguen su camino. Llevarán cerca de 1.700 kilómetros y si todo va bien llegarán esta noche».

Allí tienen que contactar con una ucraniana que está vinculada con la asociación zaragozana de compatriotas para darles todo lo que llevan y que puedan ya usarlo los que más lo necesiten. «Hace frío y están llegando a miles. Con un poco que ayudamos ya es mucho», explica Javier durante su viaje. La idea que llevan es volver con refugiados que quieran ir a España, Francia o Alemania porque tienen familia allí o porque saben quién les puede ayudar. «Y sino que vengan a nuestra casa y les ayudamos los meses que haga falta», añade Raquel, la mujer de Javi. 

Dicen que meterán en la furgoneta a todos los que puedan y les llevarán a donde decidan ir. «Una vez en España, si no tienen familia, hablaremos con las autoridades para buscarles un techo y comida y que también puedan conseguir el asilo», añaden estos zaragozanos solidarios. Seguiremos este viaje que acaba de empezar y que suma un nuevo gesto de solidaridad de ciudadanos aragoneses. «A cada día que pasa, peor para los que están allí sin nada. Hay que ayudar, y hay que hacerlo ya», insisten Ángel y Javi. «Todos podemos hacer algo y nosotros hemos decidido ir hasta allí».