El pasado mes de mayo un juez dictaba sentencia a un hombre condenado a 26 años y seis meses de prisión por violencia machista, y su ex pareja, la cual prefiere mantener el anonimato, que compartió dos años de su vida respiró -en parte- aliviada. 

“Por fin he podido dormir algo más tranquila”, se sincera esta víctima de violencia de género, madre de dos hijos, con quienes vivía cuando su ex pareja, la madrugada del 22 de agosto de 2017, quemó su casa con ellos dentro.


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Esta mujer de 31 años confiesa que esta pasando esta pandemia sin preocuparse demasiado por la pandemia mundial que estamos padeciendo. “Yo solo pensaba en que tenían que encerrarlo mucho tiempo porque sé que cuando salga va a ir a por mi”.

Cuando le preguntamos por un momento bonito en sus dos años de relación se muestra tajante: “Supongo que los habría pero no recuerdo ninguno”. Cinco días antes de que su ex pareja decidiese quemar su casa le propinó un cabezazo en un bar delante de varios testigos porque según él, ella no debía estar allí.

“Nunca soportó que yo llevase mejor la ruptura que él”, explica. Ella le denunció por malos tratos  y él, días después, quebrantó la prohibición de acercarse a ella al incendiando la vivienda donde vivía con sus dos hijos.


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Esta zaragozana víctima de violencia de género asegura que su ex pareja estaba consumida por los celos y quería en todo momento saber dónde estaba y con quién. Una vez finalizada la relación le escribía mensajes amenazantes y le llamaba constantemente. “me mandaba mensajes tan largos que en los veinte minutos de pausa en mi trabajo no me daba tiempo a leerlos”, asegura.

“LO RECUERDO COMO SI FUESE AYER”

Se estremece cuando le preguntamos por la noche en que El hombre quemó su casa. “Noté mucho calor y al ver las llamas fui a por mis hijos; el mayor salió pero el pequeño seguía dentro”.

Llamó a los vecinos y llegó la policía que fue quien al final sacó a su hijo pequeño, a quien tuvieron que reanimar. “Yo grité: ¡Por detrás, por detrás! Y la policía entró y lo sacó medio muerto. Estaba totalmente quemado y tuvieron que intentar reanimarle allí mismo”, recuerda.


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Su hijo menor estuvo tres días ingresado y estuvo mucho tiempo curándose de sus heridas. “Hoy tienen 8 y 14 años y están bien físicamente pero psicológicamente todavía no se han recuperado”, afirma. Ahora acude a un psicólogo porque todavía recuerda situaciones que quiere llegar a olvidar.

“Yo solo espero que cumpla toda la condena porque luego ya sabemos lo que pasa”, se lamenta esta joven mientras reconoce que cuando su ex salga de prisión se tendrá que marchar.