El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, anunció el pasado viernes que el servicio de transporte público de la ciudad contará a partir de septiembre con sus primeros cuatro autobuses cien por cien eléctricos.

Estos cuatro autobuses eléctricos, cuya compra ha sido aprobada en la última sesión del Gobierno de la ciudad, se sumarán a los 17 híbridos presentados también el pasado viernes y a otros 18 híbridos articulados -de mayor capacidad- que entrarán en funcionamiento también en septiembre.


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El alcalde destacó que estas nuevas incorporaciones a la flota son una «muy buena noticia» para el medio ambiente y también para el confort de los propios usuarios del transporte público.

La edad media de la flota de autobuses urbanos queda ahora, por tanto, en 8,3 años y se prevé que se sitúe alrededor de los 7,7 años a final de 2019.

Zaragoza era, además, como ha venido denunciando desde la oposición el propio Azcón, la única gran ciudad que no contaba con autobuses eléctricos en su flota.


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En cuanto a los cuatro vehículos eléctricos que entrarán en funcionamiento después del verano, ha indicado que se trata de dos autobuses de la empresa BYD y otros de Irizar.

La adquisición supone una inversión de cerca de 2,8 millones de euros y estaba prevista en un plan de renovación de la flota con el que se pretende sustituir a un 72 por ciento de los vehículos a lo largo de la concesión.

La responsable municipal de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca, indicó que los 17 autobuses presentados esta mañana cubrirán las líneas 42, 44, 52 y 53 y que cuentan con dos baterías eléctricas -una de ellas dirigida al motor y al arranque y, la otra, a elementos auxiliares como el control de puertas o la dirección asistida-, lo que ayudará a ampliar su vida útil.

Esta medida, continuó Chueca, demuestra el compromiso «absoluto» del equipo de gobierno con la renovación de la flota y destacó que los autobuses híbridos contribuyen a reducir las emisiones de CO2 en un 30 por ciento y de otras partículas contaminantes en más de un 95, además de limitar la contaminación sonora al ser más silenciosos