Los agentes de la Policía Nacional tuvieron la pasada madrugada del domingo en Zaragoza más trabajo del esperado. Fueron cuatro horas y media muy intentas en las que propusieron para sanción a más de 50 personas, algunos de ellos castigados con varias sanciones, que participaban en cinco fiestas ilegales obviando totalmente las restricciones sanitarias.


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La noche empezaba en torno a las once y media en un bloque de apartamentos turísticos en el barrio de San Pablo. Cuatro pisos, en dos portales y de manera simultánea en los que se disfrutaba de sendas fiestas y donde la Policía sancionó a 12 personas y detuvo a otras cuatro por resistencia a la autoridad tras recriminar a los agentes y agredirles.

«En alguno de los casos los policías llegaron a pedirles hasta nueve veces la identificación«, explican fuentes policiales.

La ‘fiesta’ continuó y en torno a la una de la madrugada, ya en domingo, los agentes, alertados por el ruido y gracias a las llamadas de los vecinos, entraban en un piso de la misma calle en la que hace una hora y media habían intervenido y acababan sancionando a 7 personas.


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A las tres y cuarto de la madrugada, apenas dos horas después, otra fiesta ilegal, esta vez en un local era frustrada por la Policía y acababa con 7 propuestas para sanción por asistencia a eventos prohibidos en pandemia y otras dos por tenencia de droga.

Y por último, auna hora después, en torno a las cuatro y cuarto de la madrugada, otras siete personas eran sancionadas al estar de fiesta esta vez en un piso particular.

FIESTAS PROGRAMADAS

En uno de los apartamentos turísticos de San Pablo, la fiesta la montaron dos hermanas que habían hecho la reserva previamente y allí acudieron hasta doce personas. Fueron los vecinos quienes denunciaron el hecho por el ruido y los gritos que escuchaban entrada ya la noche.


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Según fuentes cercanas a los hechos, tanto las fiestas en pisos como sobre todo en apartamentos turísticos se preparan con antelación, incluso se cita a un número de gente determinado, nunca demasiado grande para ser descubiertos. En este caso, los vecinos y la Policía Nacional frustraban estos encuentros ilegales que pueden acarrear sanciones desde los 600 a los 3.000 euros.