El Área de Urbanismo aspira a una reforma integral de todo el trazado urbano del río Huerva. Por ello, tras obtener el año pasado fondos europeos para desarrollar la restitución paisajística y urbanística del entorno ribereño entre el puente Blasco del Cacho y el puente del Emperador Augusto, se presenta ahora a otra convocatoria europea una segunda fase del proyecto, para el tramo restante hasta la Gran Vía (momento en el que el río queda soterrado) y entre la calle de Miguel Servet y la desembocadura del río en el Ebro, para extender estas mejoras medioambientales y urbanísticas en todo el tránsito del Huerva por la ciudad.

Se estima que esta segunda parte del proyecto tiene un presupuesto de 13.957.000 euros y se han solicitado ayudas europeas de hasta 4 millones de euros.

El Ayuntamiento de Zaragoza ya fue beneficiario en 2022 de 1.598.705,62 euros dentro de la convocatoria, promovida por la Fundación Biodiversidad, para la restauración de ecosistemas fluviales y la reducción del riesgo de inundación en entornos urbanos españoles. En concreto, para su proyecto de restitución paisajística e hidromofológica del río Huerva, entre los puentes de Blasco del Cacho y del Emperador Augusto, del que ya han comenzado a darse sus primeros pasos, con planificaciones, la coordinación de áreas municipales involucradas, el desarrollo del proyecto del tanque de tormentas o las reuniones con colectivos vecinales, sociales y medioambientales.

Así quedaría la ribera del Huerva a su paso por la ciudad de Zaragoza / AZ

Para la actual convocatoria se proyecta dar continuidad al tramo adjudicatario continuando la restauración hidromorfológica del río en su último tramo por la ciudad. Para ello se ha seleccionado el tramo comprendido entre el puente de Miguel Servet y la confluencia con el río Ebro. Además del espacio fluvial, se ha incluido en el proyecto la renaturalización de las zonas ajardinadas aledañas al río Huerva.

“Se trata de un gran proyecto de ciudad, que cuenta con el apoyo de instituciones y grupos políticos, que levanta consenso entre vecinos y que cambiará la relación de los zaragozanos con un río que pasará de ser un accidente geográfico degradado a un espacio integrado en el urbanismo de la ciudad para el disfrute por todos”, ha recordado el consejero de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano. “Es una deuda histórica con un cauce fluvial olvidado y maltratado durante décadas, y que debe ser recuperado desde el punto de vista medioambiental y ciudadano”, ha aseverado Serrano.

Las principales acciones de esta nueva fase del proyecto se centrarán en una restauración hidromorfológica, la gestión de especies de flora alóctonas, la generación de hábitats para la fauna autóctona, la restauración de la vegetación de ribera y de las zonas ajardinadas que conectan el espacio urbano y con el fluvial y, por último, la mejora de la accesibilidad para la población al espacio ribereño.

“Con todo ello, se mejorará el estado ecológico del río, se reducirá la peligrosidad de las inundaciones, se eliminará o reducirá significativamente en número y peso las especies exóticas, y se incrementará la resiliencia contra plagas y el cambio climático de las áreas verdes renaturalizadas y su entorno próximo”, ha explicado Serrano. De igual forma, “se reducirá el efecto de isla de calor, al reducirse las temperaturas por incremento de la vegetación arbórea, y las actuaciones también tendrán un efecto mitigador del ruido en las áreas verdes”, ha detallado el consejero.

El objetivo general del proyecto al completo es restaurar los dos tramos urbanos del río Huerva a su paso por Zaragoza y las zonas ajardinadas próximas a éstos, así como crear unas condiciones idóneas de hábitat para la biodiversidad asociada. Con estas actuaciones, unidas a la mejora de la accesibilidad a estos espacios, se pretende que la ciudadanía de Zaragoza disponga de unos espacios de dispersión y ocio en los que pueda conectar con la naturaleza. Algunas de las acciones utilizadas para renaturalizar el ecosistema fluvial y las zonas ajardinadas aledañas se corresponden con soluciones basadas en la naturaleza. Con estas acciones también se pretende que los espacios naturales de la ciudad de Zaragoza estén más adaptados al cambio climático.