Aragón está en el pozo de la lista de las comunidades que más atractivas resultan fiscalmente para las empresas. Así lo acredita el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF), según publica la Unión de Contribuyentes.

La comunidad aragonesa, gobernada por el PSOE junto a Chunta Aragonesista, es la segunda menos atractiva desde el punto de vista fiscal. Tan sólo es superada por Cataluña.

El índice es una herramienta que sirve desde 2017 para comparar el desempeño de las comunidades autónomas españolas. Por ello, éste clasifica a todas las comunidades por su capacidad de competir fiscalmente para retener y atraer empresas. E incluso si las expulsa a otros territorios cercanos.


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Y lo hace a través de más de sesenta variables relacionadas con seis aspectos fiscales clave: los impuestos sobre la renta, el patrimonio, sobre sucesiones, sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, sobre hidrocarburos y los impuestos autonómicos propios, agregando los resultados para obtener un «ranking» final.

POCA ATRACCIÓN

Cataluña, Aragón, Asturias, Comunidad Valenciana y Extremadura son las cinco que obtienen peores resultados, con una nota baja en casi todos los componentes del índice, pero especialmente en los tres impuestos más importantes: IRPF, patrimonio y sucesiones.

Ninguna de las cuatro últimas -Cataluña, Aragón, Asturias y Comunidad Valenciana- emprendió reformas fiscales de calado y, por ello, todas bajan un puesto o más.

Aragón se sitúa entre las peores regiones en tres impuestos clave a la vez: renta, sucesiones y patrimonio. No obstante, es la única comunidad del furgón de cola que aprobó una reforma de última hora en el impuesto sobre sucesiones que aumentó hasta 500.000 euros la exención.

Señala el informe que Cataluña, en la última posición y la única con una nota de suspenso (4,93 sobre 10), cuenta con el doble de impuestos autonómicos que las demás comunidades y, además, tiene grandes deficiencias en la estructura del índice del impuesto sobre la renta y en el impuesto sobre el patrimonio.

LAS MÁS ATRACTIVAS

Las tres diputaciones del País Vasco -tienen regímenes forales propios- ocupan la primera, segunda y cuarta posición, respectivamente, y la diferencia entre ellas radica en el tratamiento del impuesto sobre el patrimonio, ya que la regulación en Álava es peor que en Vizcaya, mientras que la situación en Guipúzcoa es más deficiente aún.


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Madrid sigue ocupando la tercera posición en la clasificación del IACF 2018, igual que el año pasado, pese a no haber emprendido reformas, y su posición podría mejorar si redujera el número de impuestos propios autonómicos y eliminara el impuesto sobre hidrocarburos, sugiere el informe.

Junto a las tres provincias vascas y Madrid, entre las cinco primeras se sitúa La Rioja, que obtiene buenas notas en todos los componentes y sube dos posiciones, básicamente por las reformas del impuesto sobre la renta y patrimonio.