CaixaBank ha empezado a negociar este jueves con los sindicatos del banco un plan de desvinculaciones voluntarias incentivadas que está exclusivamente dirigido a empleados de 58 o más años de las provincias de Barcelona y Teruel.


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Estas dos provincias fueron las dos únicas que quedaron fuera del ERE pactado en mayo del año pasado para un total de 2.023 empleados, y ahora la entidad prevé aplicar en ellas un plan de salidas similar al impulsado en años anteriores, aunque no se han dado a conocer las condiciones económicas que se ofrecerán.

La entidad estima que el número de empleados que pueden cumplir los requisitos marcados es de 376 personas, aunque da por supuesto que el número final de adheridos será menor, ya que todo dependerá del presupuesto disponible y de si los interesados aceptan las condiciones ofrecidas.

La mayoría de prejubilaciones, por volumen de negocio de la entidad catalana se localizan en Barcelona. Sin embargo, en la provincia de Teruel se producirá un número importante que reducirá el servicio prestado hasta la fecha.

El banco presidido por Jordi Gual, que cuenta actualmente con una plantilla de 27.000 empleados, ha indicado que el impacto de esta medida dependerá finalmente del número de adhesiones voluntarias que se registren, así como del presupuesto disponible.