En el ámbito inmobiliario y urbanístico, el Casco Histórico de Zaragoza es un distrito de contrastes. Por un lado, zonas cercanas a la plaza del Pilar y a arterias principales, tales como las calles Alfonso I o Don Jaime, reúnen algunos de los edificios más cotizados de la ciudad. Sin embargo, a pesar de los grandes avances que se han llevado a cabo durante las últimas décadas para su rehabilitación, todavía existen áreas con un alto grado de degradación, ubicadas especialmente en el lado oeste del distrito.


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A este respecto, el Ayuntamiento de Zaragoza ha presentado una serie de proyectos que van a suponer una mejora evidente de las zonas en peor situación y pueden influir de manera clara en las posibilidades de inversión inmobiliaria que ofrece el distrito. Uno de los más significativos, presentado hace apenas unos días, es la remodelación de una de las vías más relevantes del lado oeste del Casco Histórico, a día de hoy muy deteriorada: la calle Predicadores, que conecta César Augusto con la plaza Santo Domingo.

El Consistorio busca poner en valor el principal eje de conexión entre la Aljafería y la Plaza del Pilar, con una inversión de 700.000 euros.  La propuesta en la que trabaja Infraestructuras ampliará las aceras y reducirá el espacio para los vehículos.

Para ello, se prevé una calzada con un único carril de circulación más estrecho que estará situado al mismo nivel que las aceras, en plataforma única. Ese carril tendrá un trazado ligeramente sinuoso para obligar al tráfico rodado a reducir la velocidad, que estará limitada a 20 km/h. La solución se ha trabajado con el área de Movilidad.

Con la reforma, Predicadores será una calle mucho más amable para el peatón y sobre todo accesible. Además de ensanchar las aceras, se ganará espacio y accesibilidad en el acceso a los equipamientos públicos, que es una de las demandas vecinales. Para ello, además de estrechar el carril de circulación, se reducirán las plazas de aparcamiento, que pasarán a estar distribuidas en tramos alternos a un lado y otro de la calzada.

Habrá también zonas con arbolado y bancos en el lateral norte, que es la parte más soleada, para favorecer espacios de encuentro y convivencia. Los alcorques estarán situados al mismo nivel que las aceras y se colocarán baldosas podotáctiles para orientar a las personas con visión reducida. En este sentido, Infraestructuras trabajará todas las cuestiones de accesibilidad con los diferentes colectivos, como DFA y ONCE, tal y como viene haciendo en todas sus actuaciones.

La reforma incluye así mismo el soterramiento de todo el cableado aéreo, lo que ayudará a poner en valor la calle. También se mejorará el alumbrado instalando luminarias led más eficientes y se realizarán actuaciones puntuales en las tuberías de abastecimiento y saneamiento.

ZONA ZAMORAY – PIGNATELLI

Otra de las zonas del Casco Histórico que necesita una profunda remodelación es el área Zamoray – Pignatelli,  una superficie íntegramente calificada como suelo urbano consolidado de 43.920 m2, lo que supone un 13,8% del total del área de referencia. Exceptuados los cinco solares situados en el encuentro de las calles de Pignatelli y Agustina de Aragón con la plaza del Portillo, aislados del resto y con un entorno urbano muy diferente, están empadronadas aquí 2.077 personas, que disponen de 983 viviendas, el 27,07% de las existentes en el polígono.

Los límites del área están marcados por la avenida de César Augusto, las calles de José Camón Aznar y Santiago Ramón y Cajal, la plaza de José María Forqué, las calles de la Palma y Ramón Pignatelli, la plaza del Portillo y la calle de Conde de Aranda.

Sobre ella, el área de Urbanismo ha planteado un Plan Especial de Protección y Mejora (PEPM) de Zamoray-Pignatelli, cuyo fin es la regeneración y la rehabilitación urbanística y arquitectónica, favoreciendo una mejora de los espacios libres, equipamientos públicos y edificios privados que ahí se emplazan. «El objetivo es que la zona supere los problemas que hoy aquejan a los vecinos y adquiera un atractivo que facilite el mantenimiento de su población actual y la captación de nuevas familias jóvenes y estables», apunta el consejero de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano.

El Plan, que está en proceso de revisión y posterior aprobación por parte municipal, tiene tres piedras angulares: actuación sobre los viarios de la zona, los equipamientos y avanzar en materia de vivienda. “Hay que intervenir en una zona de la ciudad donde la degradación social ha ido en muchas ocasiones de la mano de la degradación urbanística», ha  apuntado Serrano. Por ese motivo, se han instalado cámaras de vigilancia, se ha aumentado la inspección urbanística de edificios, se han incrementado partidas destinadas a rehabilitación de viviendas o la asesoría jurídica gratuita, puesta en marcha con el Colegio de Abogados, con el fin de ayudar a aquellos ciudadanos que viven episodios de ocupación ilegal de sus viviendas.

Con todo ello, el Plan Especial de Protección y Mejora (PEPM) Zamoray-Pignatelli propone movilizar una batería coherente de operaciones puntuales que aprovechen cada necesidad y cada posibilidad de actuación para inducir una mejora urbanística real y establecer las bases para la recuperación de una estructura social sólida y autorreproductiva, y que se centrará en tres piedras angulares: equipamientos, viario y espacios libres, y vivienda.

En lo referente a equipamientos, se proponen actuaciones museísticas y culturales; rehabilitar pequeños locales o edificios dedicados a servicios públicos; y, la más conocida, la reconversión del antiguo cuartel de Pontoneros en una residencia de estudiantes universitarios con la colaboración público-privada.

En cuanto a vivienda, se busca obtener un parque de vivienda pública de magnitud proporcional a la capacidad de inversión municipal con fórmulas que faciliten la cooperación con particulares interesados en edificar en sus propios suelos o a los que puedan cederse inmuebles adquiridos por el Ayuntamiento, en venta o, preferentemente, en derecho de superficie, con el fin de preservar a largo plazo el patrimonio municipal y posibilitar que esas actuaciones no se aparten con el tiempo del destino previsto.

Y, por último, la actuación más visible y que puede ponerse en marcha, sin necesidad de haber terminado la tramitación del Plan Especial, es la mejora de la escena urbana a través de obras en calles y espacios públicos. En este sentido, si bien se había planteado un cronograma de obras desde el exterior hacia el interior del barrio, según criterio técnico, ahora se está en proceso de reordenación de prioridades tras las reuniones mantenidas por el consejero de Urbanismo con los colectivos vecinales y sociales del distrito, que han solicitado otro orden de actuación.

REACTIVACIÓN COMERCIAL TRAS LA PANDEMIA

Más allá de la renovación urbanística, en el Casco Histórico también debe incidirse en el devenir comercial que ha experimentado una de las zonas tradicionalmente más importantes de Zaragoza en este ámbito. La pandemia ha supuesto el cierre de numerosos negocios, pero también la apertura de nuevos.

Pero más allá de eso, el Casco Histórico tiene en marcha un proyecto, impulsado por Zaragoza Esencial, que busca convertir el distrito en un BID (Business Improvement District), al estilo de ciudades como Liverpool o Edimburgo. La asociación, formada por entidades públicas y privadas, tiene como objetivo que el núcleo urbano zaragozano sea un ámbito de comercio, de negocio y de servicios.

PRECIO DE LA VIVIENDA Y POSIBILIDADES DE INVERSIÓN

El precio de la vivienda en el distrito Casco Histórico, según el último estudio del TINSA correspondiente al primer trimestre de 2021 se sitúa, de media, en 1.613 euros el metro cuadrado (precio de tasación). Su valor está por encima de la media en la capital aragonesa, cifrada en 1.386 euros el metro cuadrado. Sólo superan al Casco dos zonas de la ciudad, el distrito Centro (2.100€ / m2) y Universidad (1.752€ / m2).

Antes de la pandemia, el Casco Histórico era uno de los distritos que más lentamente se estaba revalorizando desde la crisis de 2007. Sin embargo, a día de hoy, los precios están recuperándose a un mayor ritmo que la media de la ciudad. Según el informe, a final del primer trimestre el valor de la vivienda había experimentado un aumento del 4,9% respecto al año anterior. En contraste, la variación de precio interanual en el conjunto de la ciudad fue negativo, con una caída de un -4,3%.

En lo referente a la rentabilidad bruta del alquiler (margen de beneficio que se obtiene al poner un inmueble en alquiler en relación a su precio de venta), en el distrito Casco Histórico se sitíua en un 3,9%. El dato está por debajo de la media de la ciudad, que se cifra en el 4,9%.