No es fácil hacerse a la idea ahora que Zaragoza ronda los 40º de temperatura, pero como en el lema de los Stark en Juego de Tronos, «se acerca el invierno» y promete ser duro. Los ministros energéticos de los 27 países miembros de la Unión Europea han aprobado una medida de reducción voluntaria en el consumo de gas, que podría convertirse en obligatoria si la situación se complica en los meses más fríos del año.


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Además, está el desorbitado precio que ha alcanzado la energía, el cual no parece que vaya a descender significativamente en el corto plazo. Por ello, para empezar, se puede intentar racionalizar el consumo de gas en el hogar con una serie de medidas que pueden notarse en la factura.

El comparador de tarifas energéticas Selectra ha recopilado una serie de pautas, sencillas y que no compromenten la comodidad de los consumidores. En primer lugar, una muy obvia: se debe controlar la temperatura de la vivienda.

Todos conocemos hogares donde en invierno la calefacción está tan alta que es necesario estar en manga corta. Sin embargo, lo recomendable sería mantener la vivienda en torno a lo 19 °C y 21 °C en los meses más fríos, ya que cada grado adicional aumenta el consumo energético en un 7% aproximadamente.

Además, en verano, lo ideal sería mantener el aire acondicionado en torno a los 25 °C, teniendo en cuenta que cada grado que se disminuya la temperatura a partir de ahí aumentará el consumo energético en un 8%, repercutiendo también negativamente en los recibos eléctricos.

Una pauta importante es ajustar la temperatura del calentador de agua si ésta viene por gas natural. A mayor temperatura, mayor será el consumo generado. Programar la caldera a 40 grados sería una buena medida para reducir el consumo y utilizar el agua caliente cuando sea necesario.

Otro aspecto importante es la ubicación de los radiadores: cuando el frío empiece a persistir y el uso de la calefacción comience a cobrar fuerza, un consejo es evitar rodear estos de demasiados objetos para que no interfieran con la radiación y que hagan que aumente el tiempo de uso que les demos.

Asimismo, no hay que olvidar comprobar que los radiadores funcionan correctamente, sobre todo en los primeros días de frío. Si se oyen ruidos como la caída de agua o que el radiador no calienta de manera
uniforme en todas partes, habrá que llamar a un técnico para averiguar qué ocurre y evitar el derroche de energía.

Por último, es más que conveniente contar con termostatos programables. Estos permiten gestionar los grados que hay en cada habitación incluso desde el teléfono móvil. De esta manera es posible calentar solo ciertas habitaciones a determinadas horas del día, o apagar automáticamente los sistemas de calefacción todos los días en las horas en las que no haya nadie en la vivienda.