La subida inaudita que ha sufrido el precio del combustible llega con la primavera, momento en el que, además de los desplazamientos habituales, se suman los viajes al pueblo, a segundas residencias o escapadas a distintos puntos de Aragón. Para que repostar no suponga un «dolor» o, al menos, lo mitigue, hay una serie de cuestiones que los conductores pueden tener en cuenta para reducir de forma sensible el consumo.

Las hay bastante lógicas, pero otras menos conocidas, y todas ellas son fácilmente asumibles. La marca Oscaro, dedicada a la venta de recambios en línea en España, ha recogido diez consejos básicos que pueden ayudar a que el presupuesto en gasolina no se dispare.

En primer lugar, un detalle que pocos conductores tienen en cuenta y que ahora puede ser que se lo replanteen: es mejor no llenar el depósito del todo. La razón es sencilla: un coche con el depósito lleno pesa más, por lo tanto también consume más. Como indica el informe, muchos fabricantes recomiendan llenar el tanque hasta el 50, 60 o 70% de su capacidad, de cara al ahorro.

Hoy en día, todas las gasolineras cuentan con la función automática del surtidor, haciendo que el tanque se llene hasta la indicación del fabricante y no hasta el 100%, repostando así la cantidad que el vehículo necesita. Asimismo, siempre se puede hacer un cálculo aproximado y llenar sólo una cantidad determinada para no cargar del todo el depósito.

Relacionado con lo anterior va el segundo consejo: reducir la carga. Es una práctica común llevar en el maletero un sinfín de «porsiacasos» que lo único que hacen es añadir peso al vehículo y, por lo tanto, gastar más combustible en los viajes. Hacer un repaso y llevar sólo aquello que vamos a necesitar también se notará en el bolsillo.

El tercer consejo es usar el combustible correcto. Ciertos vehículos necesitan utilizar combustibles de una mejor calidad, como ocurre con aquellos vehículos de gama alta. Hay que tener en cuenta que la mayoría de vehículos pueden funcionar perfectamente con un combustible medio, ya que cumple con los estándares de calidad europeos.

De esta manera, no será necesitario gastar más dinero del necesario. En todo caso, se debe utilizar la gasolina que indica el fabricante en el manual del vehículo.

También es importante controlar la limpieza de los componentes internos: existen productos en el mercado que, empleados de manera correcta, pueden reducir el consumo de combustible en hasta un 30%. Tal es el caso de los aditivos para carburantes, cuya función principal es limpiar los inyectores encargados de suministrar combustible al motor. Estos productos mejoran el flujo de gasolina o diésel y aumentan el rendimiento del vehículo, reduciendo también el ruido y el desgaste del propio motor.

VIGILAR LA VELOCIDAD

El quinto consejo es vigilar la velocidad. Es un factor clave cuando se habla del uso y ahorro del combustible. Una de las mejores maneras de hacer un uso eficiente del carburante es mantener constante la velocidad del vehículo.

Para ello son muy útiles los sistemas de Velocidad de Crucero, una función que gran parte de los coches que circulan hoy en día tienen disponible. Aun habiendo cambios de pendiente, la velocidad de crucero permite al vehículo mantener una velocidad constante, economizando de una manera inteligente el consumo de carburante.

Relacionado con esto, otra recomendación es utilizar las marchas adecuadas. Son muchas las personas que conducen en una marcha incorrecta. Si conducimos con el coche a muchas revoluciones estaremos quemando más gasolina de la cuenta, y lo mismo ocurrirá si conducimos a pocas revoluciones, ya que el inyector estará más abierto de lo necesario haciendo que pase más gasolina al motor.

La mayoría de vehículos fabricados en los últimos años suelen traer una indicación de la marcha que hay que utilizar de acuerdo a la velocidad a la que se circula. Si, por el contrario, el vehículo no dispone de esta recomendación, se debe escuchar y atender al sonido de las revoluciones del motor, siempre manteniéndolo ni muy revolucionado ni muy poco.

La séptima recomendación también versa sobre el estilo de conducción: usar el freno motor. Utilizar el punto muerto al aproximarse a un semáforo e ir frenando gradualmente es algo que, al contrario de lo que piensa mucha gente, consume más gasolina.

Sin embargo, cuando se utiliza el freno motor, levantando el pie del acelerador, produce que no entre más gasolina, y que el vehículo se vaya deteniendo gradualmente por sí solo. Haciendo esto, además de lograr reducir el consumo de combustible, también se alarga la vida útil del embrague y de los frenos.

LOS NEUMÁTICOS, EN BUEN ESTADO

Las ruedas influyen directamente en el consumo de combustible. Son los únicos elementos del coche que están en contacto con el suelo, por lo que un buen estado de los neumáticos y una correcta presión harán que el consumo de combustible del vehículo sea menor. Si las ruedas no tienen la presión idónea que indica el fabricante o la banda de rodadura está muy desgastada, aumenta el rozamiento del neumático en el asfalto y, por tanto, el vehículo necesitará más potencia para desplazarse.

El noveno consejo es que más vale prevenir que curar: además de los aditivos para vehículos diésel o gasolina, existen también aditivos para proteger los motores y los circuitos de inyección. Utilizando estos productos se reduce la acumulación de carbonilla, la emisión de humos y otros gases nocivos para el medio ambiente como el CO2, así como ahorrar en combustible.

Y, por último pero no menos importante: compartir es ahorrar. Una de las medidas que ha tomado fuerza estos últimos años es aprovechar al máximo el número de ocupantes de un vehículo. Esta forma de desplazarse permite repartir el coste de combustible. Hablar con compañeros de trabajo o estudios que vivan cerca para ir juntos es, sin duda, una medida que repercutirá positivamente en el bolsillo y con la que, además, se contribuye a reducir la contaminación.