El mercado de coches eléctricos no sólo está aumentando (28,9% coches más en un año), también está cambiando. Si Tesla y las marcas coreanas parecía que tomaban la delantera en la comercialización de vehículos con este tipo de motorización, los datos dicen otra cosa: más del 20% de los coches eléctricos vendidos en 2022 en España eran de Stellantis y, en este liderazgo, la planta de Figueruelas puede ser una pieza fundamental en los próximos años.


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Concretamente, se vendieron en España un total de 30.541 coches eléctricos el pasado año, de los que 6.248 eran del consorcio Stellantis, acaparando un 20,4% de cuota de mercado. Por detrás se situaron Tesla, con 4.597 vehículos matriculados, y Hyundai, con 4.592, ambos con una cuota del 15,0%.

Actualmente Stellantis comercialza en nuestro país siete modelos eléctricos, de los que seis están en el Top 20. Entre ellos, el más vendido de Stellantis es el Fiat 500, con 1.867 unidades, seguido del Citroën ë-C4 (1.442), el Peugeot 2008 (832) y el Opel Corsa (794). Actualmente, sólo este último se fabrica en Figueruelas, al igual que sus equivalentes con motor de combustión.

En este contexto, va a resultar clave la transformación de la planta zaragozana hacia la electromovilidad. Para ello, el Ministerio de Industria anunció en octubre una inversión de 52,2 millones de euros en Figueruelas, dentro del Perte Vec, proyecto para la transformación económica del vehículo eléctrico y conectado.

Esta asignación, más alta en 10 millones de euros de la de que se preveía inicialmente con las ayudas de los fondos europeos, está previsto que impulse el proyecto de Stellantis bautizado como Tesis, cuyo presupuesto para Figueruelas asciente a 223 millones de euros y que está encaminado a producir exclusivamente vehículos 100% eléctricos.


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Este proyecto, además, permea en otras compañías auxiliares que trabajarán con Stellantis Figueruelas, de las que un 46% son aragonesas y un 88% son pymes. El objetivo de las mismas es desarrollar las tecnologías necesarias para fabricar este tipo de vehículos y redunda en la necesidad que va a tener el sector auxiliar en Aragón de adaptarse a una realidad completamente nueva.