«¿Qué está pasando en el mundo?». Es la pregunta del millón para los ciudadanos y empresas, ahora que los costes de la energía y los precios de los fletes marítimos están condicionando enormemente tanto el consumo, como la producción y las exportaciones.

Y en respuesta a esta pregunta, ESIC Business & Marketing School y HOY ARAGÓN han organizado una jornada en la sede de la escuela de negocios en Zaragoza en la que han participado dos grandes expertos en la materia: Carlos Fatás, director de Clientes Zona Norte B2B en Endesa y Óscar Calvo, managing director en JCV Shipping & Solutions. La jornada, con un público que ha aunado a empresarios aragoneses, distintos profesionales y estudiantes de ESIC, y en la que ha participado el director de ESIC Zaragoza, Antonio Sangó, ha dado las claves para entender esta «tormenta perfecta» en un mundo globalizado donde «si China estornuda se contagia el resto del mundo», como ha destacado el moderador de la sesión, Álvaro Sierra, editor de HOY ARAGÓN.

«El Gobierno va a actuar sobre el precio de la electricidad, pero el gas va a estar complicado por mucho tiempo», ha aventurado Carlos Fatás. No obstante, la intervención del Estado para paliar los disparados precios energéticos no van a dejar de ser «un parche». En su opinión, a corto se van a subvencionar las tarifas de ciclo combinado para moderar el precio y que se quede en torno a los 150 euros el mW/h. No obstante, el problema de la electricidad es fruto de una descarbonización y cierre de plantas nucleares que, en su opinión, «ha sido acelerado». En cualquier caso, considera que el futuro pasa por las renovables, así como las tecnologías del hidrógeno. «La transición ecológica debe ser lo más rápida posible», asegura.

«LOS GASODUCTOS ACTUALES ESTÁN A TOPE»

Pero el gas es otro cantar y no parece que existan soluciones a su encarecimiento debido a la tensa situación con Rusia, de donde llega el 40% que se consume en Europa. «Los gasoductos actuales están a tope y que entre más gas por tubo es imposible», indica Fatás.

De ahí que la solución tenga que venir a través del gas licuado o GNL. Es cierto que, en este ámbito, España es una gran potencia, la mayor de Europa, para procesarlo. Pero por delante tiene a cinco países asiáticos, entre los que se encuentran por ejemplo Japón o Corea. «La competencia va a estar entre Asia y Europa», apunta. No obstante, y aunque fuera posible incrementar el procesado del gas licuado en nuestro país y, además, se pudiera dar la difícil solución de que llegara más gas por tubo desde Argelia, España no tendría medios para exportar en gran cantidad al resto de Europa, debido a que los gasoductos actuales no lo permitirían.

Además, el GNL supone un problema añadido: hay que transportarlo. Y ahí entra en juego el otro elemento del puzzle que se ha tratado en la jornada: los fletes marítimos. En este ámbito, Óscar Calvo, directivo de la compañía transitaria JCV Shipping & Solutions, ha explicado minuciosamente el origen que ha espoleado la crisis de transporte marítimo que hace más de un año afecta a nivel global y ha llevado a encarecer los precios hasta límites nunca antes vistos.

«BARCO QUE NO SALE DE CHINA, BARCO QUE NO LLEGA A EUROPA»

Todo empezó con la pandemia y el parón que sufrió China, principal puerto exportador del mundo, dio como origen que los fletes marítimos sufrieran un tapón («barco que no sale de China, barco que no llega a Europa», indicaba gráficamente Calvo) que, cuando la demanda quiso reactivarse, la cadena arrastraba ya unos graves problemas de suministro.

A ello se unió el bloqueo del buque Ever Given en el canal de Suez, paso natura de las mercancías de Asia a Europa, y la creciente demanda en Estados Unidos durante la pandemia, debido a que los ciudadanos estaban en casa y dedicaban los ahorros a adquirir nuevos bienes. No obstante, el experto transitario ha dado datos reveladores que hay que tener en cuenta: «En 2021 España batió su récord de contenedores movidos, con 17,7 millones de TEUs».

Calvo no se ha mordido la lengua a la hora de hablar, además, del problema de que el negocio del transporte de mercancías esté en muy pocas manos, lo que ha calificado de «oligopolio». Tanto es así que, «las cinco primeras navieras mundiales concentraban el 44% del mercado en 2011, y en 2021 ya suponen el 65%». Además, «entre las diez navieras mayores del mercado concentran el 85% del negocio y además se han dividido en tres grandes alianzas». En esta situación, es fácil entender que el control de los precios está en su mano.

Ante esta situación, para el experto, la «nueva normalidad marítima» pasa por cuatro claves: previsión, planificación, flexibilidad y digitalización. Consultado por Álvaro Sierra sobre la posibilidad de que grandes grupos muy dependientes del transporte marítimo como Amazon o Alibaba opten por internalizar sus movimientos, Calvo ha asegurado que «ya están haciendo pruebas en este sentido». Sobre todo porque «las navieras siempre han pensado que los clientes lo que querían eran los precios los más bajos posible», cuando «este tipo de empresas buscan otro tipo de beneficios».