Forestalia es, probablemente, la compañía aragonesa que ha provocado mayor interés en la economía global en los últimos años. Su irrupción en las renovables ha supuesto un cambio en las reglas del juego y es, a día de hoy, una de las empresas de referencia en el mercado energético.

Muchas han sido en los últimos años las especulaciones respecto a la estrategia que iba a seguir la compañía después de hacerse con buena parte de las subastas para la construcción de parques eólicos y fotovoltaicos. En parte, los rumores han estado fomentados por las escasas apariciones públicas de su presidente, Fernando Samper, que acaba de conceder una entrevista para El Periódico de la Energía donde se muestra tajante en su intención de no vender los parques que son de su titularidad.

El último gran paso de Forestalia se ha producido hace poco más de un mes, logrando el visto bueno del Ministerio de Transición Ecológica para su macro proyecto en las comarcas aragonesas de El Maestrazgo y Gúdar – Javalambre. Supone la construcción de un total de 21 parques eólicos que sumarán 784 mW. El aval gubernamental para la puesta en marcha conlleva cifras pocas veces vistas: una inyección de 800 millones de euros y la creación de 1.300 puestos de trabajo durante las obras, en una de las zonas más despobladas de Aragón y España.

Pero, ¿cómo una empresa de la que nadie había oído hablar fue capaz de llevarse las subastas frente a las grandes compañías energéticas? En primer lugar, hay que tener en cuenta que la familia Samper está al frente de una de las empresas más importantes de Aragón, el Grupo Jorge, dedicado al sector cárnico desde hace casi 100 años y a día de hoy uno de los mayores exportadores de porcino en Europa, con negocio en más de 100 países en todo el mundo, entre ellos grandes consumidores como China o Japón.

A ello se suma un detalle que ha dado a conocer Fernando Samper: su éxito en las subastas a partir de 2016 se basó en un amplio conocimiento en la gestión de autorizaciones y licencias. No obstante, el empresario reconoce que en aquel momento no eran en absoluto conscientes del volumen de negocio que iban a representar las renovables, algo que ha sido posible gracias al abaratamiento de la tecnología y la coyuntura energética internacional.

Hoy, Forestalia es un gigante, que ha logrado aliarse con fondos de inversión y con otras empresas del sector como General Electric o Repsol. Sin embargo, Fernando Samper deja claro que, al contrario de lo que la rumorología en ocasiones ha vaticinado, la compañía no tiene intención alguna de vender, sino seguir siendo un protagonista activo en el mercado de las renovables.

El presidente de Forestalia reconoce que han recibido ofertas para la venta de la compañía, «más de las que se pueda pensar», asegura. Pero se mantiene firme y señala que el objetivo de la compañía aragonesa no sólo es mantenerse en el negocio, sino que aspira a que todos los parques sean de su propiedad al 100%.

El grado de implicación supone que la empresa, que actualmente cuenta con 300 empleados, doblará su plantilla en un año. Sí que deja la puerta abierta a seguir creando alianzas con otros agentes del mercado como han hecho hasta ahora.

Respecto a las tecnologías del hidrógeno, que según muchos expertos van a suponer el siguiente paso hacia las energías limpias, la opinión del máximo responsable de Forestalia es que tardarán en llegar. Como paso previo, prevé que todo vehículo que circule en superficie será eléctrico, siendo el hidrógeno más propicio para la navegación y la aviación.