La situación sanitaria es preocupante en la comunidad aragonesa. Tanto como que en el día de hoy, desde el departamento de Sanidad, se ha contabilizado más de 900 casos de contagios por COVID-19 en las últimas horas con más de 5.000 pruebas de PCR.

Esta realidad epidemiológica ha hecho que el Gobierno de Aragón decrete el nivel de alerta 3 en toda la comunidad a partir del próximo lunes, con medidas restrictivas para todos los sectores de la sociedad.

En estos momentos, la incidencia acumulada del COVID-19 en los últimos catorce días en Aragón es de 586 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la tasa es de 543 en Zaragoza capital, de 1.003 en Huesca y de 1.418 en Teruel.


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El nivel 3 de alerta implica que los aforos se reducirán al 25%, excepto en la venta de alimentos, donde se mantienen al 50%. La hostelería cerrara a las 22 horas y no se permitirá el consumo en interior, pero sí en las terrazas con un aforo máximo del 50%. En los entierros y celebraciones como bodas y bautizos se permitirán 15 personas en espacios abiertos y 10 en interiores.

Las reuniones sociales están limitadas a seis personas y se suspenden los eventos deportivos no profesionales, mientras que todos los congresos, reuniones y conferencias deberán ser telemáticas.

Según fuentes de la asociación de Café y Bares, más de la mitad de los establecimientos de la ciudad tienen veladores -2.400 de un total de 4.200 negocios- por lo que aún podrán abrir. Sin embargo, el resto, se verán abocados al cierre.

En la misma línea se pronunció Luis Vaquer, presidente de Horeca Zaragoza y de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón (CEHTA) al entender que si no pueden abrir en el interior, «es inviable estar abiertos porque no sólo podemos sobrevivir con la comida para llevar».