Iberfoil apuesta por Sabiñánigo, y su nuevo proyecto para intergrar la nueva factoría de fundición, con una inversión de 42,3 millones de euros, es la prueba. El núcleo industrial de la provincia de Huesca va a sumar una planta de más de 45.000 metros cuadrados, contigua a la fábrica actual que la empresa ya tiene en terrenos comprados en 2018 a Alcoa.

Esta planta, dotada de equipos de manutención y servicios, permitirá a Iberfoil ser una fábrica totalmente autónoma que realizaría el proceso integral de transformación de chatarras de aluminio hasta convertirlas en bobinas de hoja fina en 6 micras de espesor. La fuerte inversión económica privada favorece la creación de riqueza, tanto en el municipio Sabiñánigo como en la comarca del Alto Gállego y provincia de Huesca.

La inversión total de 42,3 millones de euros se realizará entre 2021-2023 y garantiza el mantenimiento de la actual planta de laminación de hoja fina de Iberfoil en Sabiñánigo, en la que trabajan 107 personas, y conllevará la creación de 40 nuevos puestos de trabajo en una primera fase, alcanzando más de 75 empleos directos en una segunda fase; una cifra a la que habría que sumar los 400 puestos de trabajo indirectos adicionales que se generarán.

El proyecto ha sido declarado de interés autonómico por el Gobierno de Aragón.  Para el vicepresidente y consejero de Industria, Arturo Aliaga, con él «se consolida una industria básica en la comarca del Alto Gállego, y más concretamente en la localidad de Sabiñánigo, y se refuerza la competitividad y la capacidad para captar inversiones relacionadas con este tipo de industria que, como en este caso concreto, está especializada en la laminación de aluminio».

PROYECTO QUE FIJA POBLACIÓN

La Dirección General de Industria y Pymes ha informado de forma favorable porque, entre otras cuestiones, supone un importante impulso inversor para la región y contribuye al desarrollo social y económico de la comarca del Alto Gállego y de la provincia de Huesca, fijando población en el territorio.

El interés estratégico versa, además, en tratarse de un proyecto de economía circular, en el que se sustituyen 25.000 toneladas de aluminio primario de Alcoa San Ciprián por 25.000 toneladas de chatarra de aluminio recuperado de propio mercado nacional. Además, evita que se tenga que recurrir a importaciones de aluminio de terceros países.

Supone asímismo un importante ahorro de energía al evitar el consumo de aluminio primario con alto consumo eléctrico, al igual que una importante reducción de gastos, dado en menor coste de energía de la fundición de chatarras. El proyecto también garantiza la viabilidad y el futuro de una Industria esencial y estratégica para España (envases farmacia y alimentación), apuntan desde el Gobierno aragonés.