Todo parecía indicar que la salida de la pandemia iba a suponer un repunte en la industria auxiliar del automóvil, pero la escasez de determinadas materias primas, así como de componentes, y el encarecimiento de la energía están poniendo en jaque la recuperación. Tanto es así que el riesgo de que se destruya empleo en el sector es real, y el objetivo a día de hoy es lograr en 2022 mantener los puestos de trabajo existentes, muy por debajo todavía de las cifras pre COVID.


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Estas son algunas de las conclusiones que se extraen de la encuesta realizada a las empresas del sector por parte de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (SERNAUTO). La incertidumbre imperante, la espiral inflacionista y el descenso en la producción de vehículos, está provocando la ralentización de la recuperación de la automoción y, más concretamente, de la industria de componentes, que está sufriendo significativamente al no poder repercutir gran parte de los costes sobrevenidos.

Además, sigue existiendo desabastecimiento en materias primas necesarias para la fabricación como son los plásticos, el acero, el aluminio, productos químicos o el cartón. El 60% de los proveedores declaran seguir afectados por la falta de algunos componentes como semiconductores, componentes electrónicos, microchips y mecanizados.

La fuerte subida de los costes energéticos está impactando significativamente en la competitividad. Para una cuarta parte de las empresas ha supuesto incrementos de entre 20% y 40%; para una de cada cinco entre 40% y 60%; y una de cada diez empresas han tenido que asumir una subida de más del 60%. Existe una gran incertidumbre y preocupación ante esta situación que se ha vuelto inasumible en algunos casos por la dificultad de repercutir este sobrecoste a los clientes, y dada la importante merma de los márgenes comerciales.

Tres de cada cuatro empresas se han visto afectadas por la caída de la producción de vehículos y casi la totalidad por problemas logísticos, aunque se aprecian ciertas mejorías con respecto a 2021 en este ámbito. En términos de facturación, aunque solo el 27% de las empresas declaran que ha disminuido, la rentabilidad se ha visto afectada para más del 60% de las compañías: para el 29% de ellas ha disminuido entre un 0% y un 10%; para el 21% entre un 10% y un 20%; y para el 12% más de un 20%.

Además de los aspectos comentados, los proveedores de automoción consideran críticas también cuestiones como la producción discontinua (paradas de OEMs), la gestión del sobre-stock, el entorno económico incierto y el conflicto bélico en Ucrania.

REVISIÓN DE PREVISIONES

Estas circunstancias han provocado la revisión a la baja de las perspectivas del sector para el 2022. Según las estimaciones de la Junta Directiva de SERNAUTO, la facturación crecerá en torno a un 5% respecto a 2021; y en lo que respecta al empleo, se estima que se lograrán mantener las cifras de empleo de 2021, aún lejos de las cifras pre pandemia.

El director general de SERNAUTO, José Portilla, afirma: “Se acumulan ya más de 16 meses de crisis y la situación, en el caso de algunas empresas, de manera especial las pymes, se ha vuelto muy compleja». Por ello, considera que «es crucial que el Gobierno ponga en marcha las medidas planteadas por la industria en el plan de choque y convoque las ayudas necesarias para que las empresas puedan afrontar con garantías este periodo tan complicado y no se destruya empleo».


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Entre las cuestiones que enumera están «medidas de flexibilidad laboral que permitan, como ya sucedió en la pandemia, mantener el empleo a pesar de las dificultades, y acceso a financiación en condiciones favorables». En su opinión, «si no lo hacemos de forma eficaz y ágil, se perderán empresas por el camino y, con ellas, empleo de calidad”.