La Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología que poco a poco, apenas sin darnos cuenta, está entrando en nuestras vidas. Sus aplicaciones son prácticamente infinitas y desde Aragón se está trabajando en proyectos de investigación tan revolucionarios como la posibilidad de poder mapear las cuevas de la Luna sin tener que pisarla, en colaboración con la NASA.


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Alguno de ellos ya han sido incluso premiados, como es el caso de una iniciativa desarrollada para detectar patologías visuales en bebés. Hace apenas unos días, este proyecto fue galardonado con el premio EmprendedorXXI impulsado por CaixaBank.

Concretamente, la base de operaciones para el desarrollo de estas teconologías innovadoras es el grupo de investigación Graphics and Imaging Lab, perteneciente al Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) de la Universidad de Zaragoza. HOY ARAGÓN habla sobre estas iniciativas, así como de su viabilidad y su financiación con el Catedrático de la Universidad e investigador principal del grupo de investigación, Diego Gutiérrez.

¿Qué aplicaciones de IA están trabajando actualmente desde Zaragoza?

Las áreas de trabajo del Graphics and Imaging Lab son muy diversas, y en prácticamente todas tienen cabida los algoritmos de IA, de una forma u otra. Tenemos muchas lineas abiertas, que abarcan además temas muy variados. Trabajamos en proyectos que van desde la realidad virtual hasta la detección precoz de patologías visuales en bebés o incluso en un proyecto que pretende mapear el interior de las cuevas de la Luna sin necesidad de mandar robots o astronautas.

«Uno de nuestros proyectos pretende mapear el interior de las cuevas de la Luna sin necesidad de mandar robots o astronautas»

De ellas, ¿cuáles están más avanzadas y confian en que puedan ser aplicadas en breve?

La detección precoz de patologías visuales en bebés ha dado lugar ya a una spin-off de la Universidad de Zaragoza, DIVE Medical. Ese trabajo es fruto del trabajo conjunto de médicos del Hospital Miguel Servet con ingenieros de la Universidad, y lo hemos desarrollado dentro del grupo de Visión, Imagen y Neurodesarrollo que lidera la doctora Victoria Pueyo. Pero no hay que verlo como una meta ya conseguida, sino como una línea de trabajo abierta. Pretendemos por ejemplo expandir la capacidad de nuestro sistema para la detección temprana de enfermedades neurodegenerativas, por ejemplo.


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¿En qué ámbitos empresariales considera que la IA puede tener más impacto en los próximos años?

La IA no es más que una herramienta computacional que permite detectar patrones e información útil en cantidades masivas de datos, que el cerebro humano no tiene la capacidad de procesar. Pero no hay que olvidar que los fundamentos matemáticos en los que se basa existen desde hace décadas. Cada vez más, los datos son el activo más importante de casi todas las empresas punteras, y a esto se une que por fin tenemos la capacidad de cómputo necesaria para analizarlos en profundidad. Así que la IA irá teniendo cada vez más impacto, de manera progresiva y, como sucede muchas veces, sin que nos demos necesariamente cuenta. Algunas aplicaciones son más llamativas que otras, como los coches que conducen solos, pero la IA poco a poco tendrá un impacto directo en casi todos los ámbitos.

«Algunas aplicaciones son más llamativas que otras, como los coches que se conducen solos, pero la IA poco a poco tendrá un impacto directo en casi todos los ámbitos»

¿Cómo valora los proyectos que se están llevando a cabo relacionados con la IA desde Aragón? ¿Es una plaza propicia para la investigación?

Traslado la pregunta a los políticos que son los que se encargan de definir los presupuestos. Ellos tienen la llave para hacer de Aragón lo que queramos que sea. Citando a Carlos López Otín, el talento es el bien mejor repartido del mundo. O sea, no hay nada que haga a los americanos o a los chinos más inteligentes que nosotros. Aragón es tan buena plaza como nosotros la queramos hacer. A nivel nacional, podríamos seguir los ejemplos de Cataluña y el País Vasco. Es cuestión de invertir, el retorno en investigación está siempre asegurado aunque por desgracia no siempre con la inmediatez que marcan los tiempos de la política.

«No hay nada que haga a los americanos o a los chinos más inteligentes que nosotros; Aragón es tan buena plaza como nosotros la queramos hacer»

¿Cómo están formados los equipos que están trabajando en estos proyectos?

En la parte del desarrollo de IA tenemos muchos perfiles: ingenieros informáticos, industriales, físicos… Muchos son estudiantes de doctorado, que trabajan en ellos como parte de sus tesis, ya que la gran mayoría de lo que hacemos es investigación pura. En el caso de DIVE Medical que he comentado antes, una gran parte del equipo tiene por supuesto perfil médico.

Respecto al proyecto del mapeo lunar, ¿en qué fase está, cuántos años serán necesarios para su desarrollo?

Este es un proyecto que se enmarca dentro del programa de Conceptos Innovadores Avanzados de NASA, y como tal, por definición, puede funcionar o no. Este programa solo acoge propuestas de riesgo, ideas más o menos atrevidas a desarrollar en al menos diez años, pero que de salir bien pueden suponer un importante avance en la exploración espacial.


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«El programa de Conceptos Innovadores Avanzados de NASA acoge propuestas de riesgo, que de salir bien pueden suponer un importante avance en la exploración espacial»

Cada dos años se evalúan los resultados y se decide si se continúa. La exploración del interior de la superficie de planetas y lunas ha sido un tema de discusión abierta desde que el Lunar Reconnaissance Orbiter (LROC) de la NASA descubrió cuevas en la superficie de la luna en 2009, posiblemente de incluso cientos de metros de profundidad.

¿Para qué podría servir conocer las cuevas de la luna?

Poder mapear el interior de las cuevas de la luna es interesante por muchos motivos: estas cuevas pueden ofrecer protección natural para futuras bases lunares, pueden esconder hielo… Según Mark Robinson, de la Arizona State University, estos agujeros podrían ser «la entrada a un país de las maravillas geológico». En estos momentos estamos acabando el cuarto año, haciendo pruebas en una cueva de Nuevo México con nuestros colegas de la Universidad de Wisconsin. El proyecto no se basa únicamente en IA, pero sí estudiamos su uso para completar la información allá donde el modelo basado en la física que usamos se quede corto.