La planta de Stellantis de Figueruelas ha empezado la temporada tras el verano con el mismo problema: la falta de componentes. Opel España ha anunciado un nuevo parón y no ha estado ni una semana completa en funcionamiento hasta encontrarse con falta de materiales, en concreto los chips semiconductores que están suponiendo un quebradero de cabeza para industrias como la automoción, así como para otras muchas.

Publicidad

Respecto a Figueruelas, las cadenas de montaje tuvieron que suspenderse este pasado domingo, 22 de agosto, y no se reanudarán, al menos, hasta el miércoles 25. Debido a la crisis de componentes ya se han dejado de fabricar en torno a 60.000 unidades.

El problema, además, no parece que se vaya a solucionar en el corto plazo. Como adelantaba HOY ARAGÓN, son dos los problemas con los que se enfrenta la industria: por un lado, el precio de los chips procedentes de Asia, que debido a la alta demanda escasean y están alcanzando precios más altos.

A la situación de la escasez de componentes, provenientes principalmente de China, se suma el encarecimiento de los fletes marítimos, que, según el Drewry World Container Index de Bloomberg, han multiplicado por cinco su coste en el último año y su demanda se ha incrementado un 800%.

Este problema se prevé que continúe a largo plazo, hasta que se construyan nuvos buques y contenedores. Se trata de una «tormenta perfecta» que está poniendo en riesgo a sectores tan diversos como el del metal, la exportación de alfalfa o industrias tecnológicas o jugueteras.

De hecho, ya hay expertos que vaticinan que la próxima campaña de Navidad puede suponer un problema para adquirir determinados artículos, teniendo en cuenta que el 80% de los juguetes se fabrican en China.