A menudo se mide el talento empresarial en base a los éxitos alcanzados, sin tener en cuenta una variable fundamental: el punto de partida. A Pablo Lera (Huesca, 1973), presidente y socio fundador de Levitec, todavía le recuerdan con el mono puesto, a pesar de que su empresa ha facturado 70 millones de euros este 2021.

Quizá por eso sea misión imposible hacerle sacar pecho. Los cimientos son la parte más importante de cualquier arquitectura, también la de la personalidad, y Pablo es, ante todo, electricista. Lo fue siendo aprendiz en una empresa, creció a medida que dominaba el oficio y, llegado el momento, en 2002, puso en marcha Levitec junto a dos socios que hoy ya no forman parte de la empresa (Levitec es el acrónimo de Lera y los coincidentes Vidal y Villacampa).

El objetivo era, sobre cualquier otra cosa, poder tener trabajo fijo entre Huesca y Zaragoza: “Estaba en Santander haciendo la reforma del Hospital de Valdecilla, teníamos ya al mayor y lo pasaba fatal de lunes a jueves”, recuerda. Esa era la meta y, que estuviera clara, permitió que “no nos volviéramos locos”. Acertaron en lanzarse a grandes proyectos en unos años, antes y durante la Expo, en los que no faltaron las obras que permitieran impulsarles. Primero la estación intermodal de Delicias, después la reforma del Miguel Servet. Su modo de trabajo era sencillo. “Nosotros poníamos la mano de obra: mi socio Lorenzo Villacampa se iba con un grupo y yo con otro”.

A día de hoy, la gestión se ha complicado un poco: departamento jurídico con una abogada en nómina, comunicación interna y externa, una plantilla de 185 empleados en la que 80 son ingenieros, sistema de coaching… Pero, además, unos crecimientos al alcance de muy pocas empresas: 30 millones en 2020, 70 en 2021, perspectiva de más de 100 en 2022. “Son crecimientos tan salvajes que nos tenemos que sentar a explicar a los trabajadores, los bancos y los suministradores el porqué de los mismos”, confiesa. Se nota que le gustan las cosas claras y los números a veces no hablan por sí solos y es necesario entender los motivos y ver que no se trata de un “pelotazo”.

ACERTAR EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO

En gran medida, en Levitec acertaron en el tiempo y el espacio. La crisis de 2009 la sufrieron tarde, gracias a varios proyectos grandes que tenían en marcha, que les permitieron llegar a los peores años sin deuda. Eso les salvó, si bien “en 2012 vimos que podía quebrar la empresa”, confiesa. Llegaron a realizar un ERE, que sólo duró un mes gracias a nuevos proyectos en Alemania. A pesar de que las cosas salieron adelante, Pablo echa la vista atrás y se sorprende: “¿Cómo podía hacer entonces eso así?”. Una de las claves del cambio ha sido “rodearnos de los mejores profesionales y no tener miedo a que sean mejores que tú”.

Una incorporación estratégica, en la que Pablo Lera ejerció de headhunter, fue la incorporación al accionariado de Jaime Galindo Salvador, un talento que ha sido crucial para el Levitec 2.0. Hoy tienen además como consejero delegado a Agustín Lalaguna, otra pieza clave para los nuevos retos. Se incorporó en el año 2020 como elemento estratégico dada su dilatada experiencia en el sector. A día de hoy, tres pilares son en los que asienta Levitec sus proyectos: logístico industrial, energías renovables y data centers.

Respecto a las energías renovables, Levitec cerró una gran alianza estratégica con Forestalia: un parque fotovoltaico en Calatorao de 50 MW y una extensión de 100 hectáreas que va a dar servicio al equivalente al consumo anual de 27.500 hogares. En este proyecto ha invertido 40 millones de euros, de los que 12 millones ya son sólo para los paneles solares. La figura de Agustín Lalaguna fue clave en este acuerdo con Forestalia y ahí se puso de manifiesto el acierto de Pablo Lera por incluir al directivo del sector en Levitec.

Pablo Lera se moja respecto a las recurrentes polémicas con las renovables: “Yo soy parte interesada, claro está, pero no se puede decir la demagogia de que la luz sube por las renovables”. Reconoce que en los años 2006-2008 “eran energías muy caras”, pero “desde que Fernando Samper se impuso en 2016 en la primera subasta, sin primas, las cosas han cambiado”. Hoy, “los parques son rentables”, asegura. Y “cuantas más instalaciones se pongan en marcha, más barata será la luz”, ahora que empresas y ciudadanos miramos las facturas con congoja.

PROYECTOS SOBRE LA MESA

A día de hoy Levitec es mucho más que la solución que ideó Pablo Lera para estar más tiempo con su familia. De hecho, “el mayor problema es seleccionar los proyectos que hacemos, porque a todos no podemos llegar”. Entre las claves, enumera una crucial: “No importa las veces que te equivoques, todos lo hacemos, sino cómo solucionas esa equivocación”. Dicho de otro modo, el recurrente ‘saber levantarse’. Han tenido proyectos fallidos, como la nave para Chanel en Milán, donde “nos creímos que estábamos más preparados de lo que estábamos”.

De ahí otra clave: la autocrítica. Y una meditación: “Hay que hacerlo todo bien, así nadie te podrá poner pegas”. En la conversación con Pablo Lera, uno adivina otra clave para que Levitec sea hoy la empresa que es: es fácil hablar con él. Tiene eso que no se puede imitar: naturalidad. Y ese es el mejor vehículo para la confianza.