Cuando Pablo Sanagustín aka Niusan (Zaragoza, 1981), estando de vacaciones, conoce a una pareja de Valladolid y le preguntan a qué se dedica, su respuesta rápida es: «comercial». Es la mejor manera de no mojarse, porque uno puede vender desde chupetes a barcos. Pero si se da el caso de que la pareja vallisoletana resulta ser más curiosa -y a Pablo le han caído bien-, ya cuenta que lo que hace es montar empresas y venderlas.

La dimensión que ha adquirido la compañía Nodriza Tech lo ha hecho a imagen y semejanza de su autor: un tipo con pinta de outsider, que no se conforma y que le pone navegar en aguas revueltas. «Me despedían de todos los sitios porque quería hacer cosas diferentes, por eso a los 24 años decidí que la única forma era hacerlo por mi cuenta», explica. Un emprendedor de libro.

Pero aquí no valen los sentimentalismos y lo sabe: «Cuando un empresario dice que una compañía es como un hijo, es que no es un buen emprendedor», sentencia. Lo ha vivido en sus carnes: lo más difícil -y también lo más importante- es saber desprenderse de lo que no funciona. El eslógan de la empresa en su web ya lo anuncia: «Crea – crece – triunfa – repite», con el «repite» remarcado en fucsia. Como eslógan está claro que funciona, pero en algún sitio falta el «fracasa».Pablo lo ve como parte del aprendizaje: «El fracaso lo entiendo como no cumplir las expectativas; en Nodriza han fracasado un 30% de las empresas«, apunta. Por suerte, no hubo que cerrarlas. En su papel de comercial, «las vendí y, en algún caso, casi las regalé», confiesa. «Hay que saber cuándo te tienes que cortar una mano», añade de forma gráfica. No obstante, no le han faltado las empresas que sí carburan, y la archiconocida TodoCESPED fue la primera en despuntar, hoy líder de césped artificial en España.

Actualmente trabajan en Nodriza Tech más de 130 profesionales en compañías eminentemente tecnológicas. Es la gran apuesta. A nivel mundial, las empresas que más facturan son prácticamente todas tecnológicas y para Pablo no hay duda: «Dentro de 10 años el 80% de las compañías del IBEX lo serán». En su opinión, «son las que realmente aportan valor» y, para él, compañías como Inditex o Cabify ya no son marcas sólo de moda o de servicios, sino verdaderas tecnológicas. Dentro de Nodriza Tech está el ejemplo de ONiAd, tecnología de publicidad programática que lleva años funcionando. Actualmente la matriz cuenta con 8 proyectos y las próximas iniciativas estarán relacionadas con el Big Data y otras soluciones tecnológicas, a partir de spin-offs nacidas en la propia Nodriza Tech.

A Niusan no le frena la incertidumbre actual, de hecho le pone: «Éstos son los mejores momentos para crecer; nosotros en pleno COVID nos hemos multiplicado por 2», indica. «Llevo 15 años viviendo en la incertidumbre y cuanta más hay, más me gusta porque más resultados produce la buena gestión», añade el empresario.

EL KIT DE LA BUENA GESTIÓN

Pero, ¿cuál es su prisma de una buena gestión? Nodriza Tech, inicialmente, se nutre de dos fuentes principales para nuevas iniciativas. En primer lugar, proyectos de innovación de su propio equipo. El segundo ítem es analizar las tendencias del mercado. Esas son las «semillas», como señala Pablo. Por su parte, el «macetero» son los profesionales con los que cuenta Nodriza Tech, que «saben regarlas, cuidarlas y que les dé el sol apropiado» aplicando todo su know-how. En su opinión, «vivimos una época única»: más de un 30% de los empleados piensa en cambiar de trabajo». «Cuando las personas con talento vienen a una entrevista buscan retos y en Nodriza Tech se los ofrecemos», sentencia.

Se nutren de gente joven y ambiciosa, eliminan los techos, cuidan los programas de liderazgo e intentan que sus propios profesionales crezcan. Fácil de decir, difícil de aplicar. Para Pablo, «hay empresas que alcanzan cierto nivel de facturación y se conforman, cogen velocidad de crucero pero no buscan superexpansiones, por lo que dejan de atraer a personas que quieren conseguir grandes cosas».

Por eso, en su opinión «apostar por el intraemprendimiento es el futuro de las empresas; ya ocurre en Estados Unidos». En todo caso, cree que en Aragón las empresas lo hacen bien por regla general: «Ya no tenemos esas empresas – dinosaurio de hace unos años y tenemos ejemplos de éxito de compañías que se mueven como Saica, que se lanza a la compra de compañías en el exterior».

«El ADN del emprendedor hay que capilarizarlo para que se convierta también en el ADN de la empresa», apunta. Así, «sigue funcionando aunque tú no estés tirando del carro», explica Pablo. Muchas de estas cuestiones las ha aprendido a palos. Uno de los más gordos fue su desembarco en China. A priori la idea era buena: exportar el modelo de Nodriza Tech al país asiático, con costes de producción más reducidos, pero no fue consciente de que había múltiples variables en juego que allí no se dan; diferencias de índole social y cultural.

Por ejemplo: «Veíamos por las cámaras de seguridad que los empleados se dormían en sus puestos de trabajo». También se encontraron con problemas que difícilmente pueden producirse en España, como que de repente no puedan realizar envíos por avión porque una ciudad del tamaño de Shenzen cierre su espacio aéreo totalmente porque ha llegado a un acuerdo con Apple para ello. «Entonces decidí que no volvería a transportar nada que pesara más que ceros y unos«, confiesa. De ahí su apuesta al 100% por la tecnología.

Volviendo al eslógan, los fracasos también estuvieron ahí y son ellos los que alimentan el triunfo. A pesar de descalabros como los de China, se nota que a Pablo el error que más le ha fastidiado a lo largo de su recorrido en Nodriza Tech es el que ocurrió cuando llevaban diez años, con una plantilla todavía mediana de 35 empleados: la primera discusión seria entre compañeros. «Ahí descubrimos cuestiones como la asertividad, la motivación y la cultura de empresa», señala.

Todas estas cuestiones quedan muy lejos de los valores necesarios para ser un simple «comercial». Pero Pablo tiene los pies en la tierra y sólo da detalles cuando hay que darlos – este artículo es un ejemplo -. De rara avis, Nodriza Tech se ha convertido en un modelo de cómo puede llevarse el trabajo colaborativo a un alto nivel, con empresas que rinden y facturan, y que tienen interiorizada la máxima de que siempre se puede mejorar.