La industria del automóvil está viviendo un periodo convulso por dos factores. Uno, sobrevenido: la falta de componentes, y otro que ya estaba en la agenda: el proceso de electrificación. Y la planta de Stellantis en Figueruelas está sufriendo en primera persona los vaivenes de este periodo de cambio en un sector que es clave para Aragón.

La dirección de la planta zaragozana, que lleva sufriendo parones en su producción desde el año pasado debido a la falta de chips, acaba de anunciar que no reabrirá la Línea 1 de producción en su turno de noche tal como estaba previsto. Además, se han tenido que cancelar turnos en la Línea 2, dedicada al Opel Corsa, por el mismo motivo.

Esta situación, que se prevé larga, va a suponer que se frene la contratación de 400 operarios de los 600 que estaba previsto que se incorporaran a la fábrica a mediados de este mes. La opción que ha tomado la dirección, es flexibilizar las tareas de trabajadores que ahora se encuentran en activo, que cambiarán sus asignaciones en la medida que en las próximas semanas puedan abrirse total o parcialmente nuevas líneas de producción.

Este nuevo revés motivado por la falta de piezas, una situación que es generalizada en los fabricantes de automóviles, vuelve a confirmar que las buenas expectativas que se tenían para la planta a finales de enero fueron flor de un día. Entonces se anunciaron ampliaciones de turnos y reapertura de líneas de montaje, algo que tuvo que se ser de nuevo revisado apenas unos días después, al arrancar febrero, con la paralización del turno de tarde de la Línea 2. El problema es mayúsculo para toda la industria, y prueba de ello es el anuncio realizado el mes pasado por la Comisión Europea de que está estudiando la fabricación en el continente de los componentes, mediante la creación de mega fábricas, con el fin de reducir en todo lo posible la dependencia que actualmente se tiene del mayor productor de los mismos: China.

PLAN ESTRATÉGICO DE STELLANTIS: DOBLAR SUS VENTAS

Mientras tanto, el Grupo Stellantis, mediante su consejero delegado, Carlos Tavares, acaba de presentar su plan estratégico para los próximos años, en el que sobresalen dos cifras: duplicar sus ingresos hasta alcanzar los 300.000 millones en 2030 y, algo que afecta de lleno a Figueruelas, vender un total de 5 millones de vehículos eléctricos también para dicho año.

Y afecta a Figueruelas porque las últimas noticias apuntan a que la planta zaragozana se está perfilando como una de las más relevantes del grupo para el ensamblaje de modelos con motorización eléctrica. Ya cuenta con uno: el Opel Corsa-e, eléctrico del superventas de la marca alemana. Pero, además, a partir de 2023 está previsto que llegue a la fábrica zaragozana el hermano eléctrico del segmento B fabricado por la francesa Peugeot, el e-208. Ambos modelos comparten muchas similitudes en estructura y motorización, fruto de la integración de las dos marcas en el mismo grupo. Actualmente, el Peugeot e-208 se está fabricando en exclusiva en la planta eslovaca de Trnava.

Asimismo, tiene bastantes papeletas en llegar a Figueruelas otro modelo eléctrico del Grupo Stellantis, el Lancia Ypsilon eléctrico, éste todavía sin fecha confirmada. Si todo sigue su curso y se suman estos modelos, Figueruelas se convertiría en un fuerte centro especializado en vehículos eléctricos, sin duda el futuro cercano de la automoción.