Las cifras que están registrando los establecimientos del Pirineo son esperanzadores y las cifras de ocupación auguran una buena temporada, pese a las dificultades que aún soporta el sector con motivo de la pandemia. Estas son las principales conclusiones que se extraen de los datos hechos públicos por la Asociación de Hostelería y Turismo de la Provincia de Huesca, que ha encuestado a más de 50 negocios sobre sus previsiones.

Destaca la positiva ocupación hotelera en el Pirineo, de una media de un 85% en el puente de la Inmaculada, con llenos técnicos en algunas zonas y días concretos, sobre todo los primeros.

El resto del mes, hasta Navidades, se estiman reservas de hasta el 60%, aunque se confía en que vayan aumentando conforme pasen los días. En lo que respecta a las reservas en la restauración, el porcentaje ronda el 60% para estas tres primeras semanas, con gran repercusión de los viernes de todo el mes y otras fechas concretas.

Sólo uno de cada cinco establecimientos ha indicado tener anulaciones de reservas debido a incidencias relacionadas con el COVID-19, pero también influenciadas por informaciones sobre previsión meteorológica o estado de las carreteras.

La mayor parte de los clientes es nacional, destacando los procedentes de Cataluña, Madrid y País Vasco. Asimismo, los empresarios también destacan la alta presencia de clientes aragoneses, en gran medida por los que cuentan con segunda residencia en el Pirineo.

PORCENTAJE MÍNIMO DE ERTES

Actualmente, cada establecimiento hotelero da trabajo a entre 10 y 12 personas de media y cada restaurante a entre 5 y 7. El porcentaje de trabajadores en ERTE es mínimo, de alrededor de un 6%. Esto confirma la capacidad del sector de seguir siendo un motor económico y de desarrollo social fundamental en la provincia.

Sin embargo, el sector observa con preocupación la falta de personal. Entre los frenos a la hora de cubrir vacantes se detecta la dificultad de acceso a viviendas de alquiler no turístico para estos trabajadores, sobre todo en lugares con alta presión turística. Y también, el horario habitual del servicio ligado a los festivos y fines de semana no resulta atractivo para muchos nuevos aspirantes.

En lo respecta a la imposición del pasaporte COVID para acceder a diversos establecimientos hosteleros, el sector ha asumido con normalidad este protocolo que se suma a los ya existentes.