La dimensión que ha adquirido la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza) acaba de recibir un gran espaldarazo para su futuro con la autorización aduanera a JCV Shipping & Solutions para reconvertir la terminal ferroviaria en puerto seco. Para hablar de esta nueva situación, así como del transporte marítimo en general y el papel que puede jugar Zaragoza, ha tenido la amabilidad de visitar HOY ARAGÓN el CEO de la compañía transitaria, Óscar Calvo.

JCV Shipping & Solutions es una compañía familiar fundada en 1996. Hoy, con un equipo de 15 personas, ofrece servicios transitarios para importación y exportación a nivel global, especializados en el sector marítimo. A diferencia de las grandes navieras, en las que muy pocas controlan la mayor parte del transporte marítimo mundial, con soluciones cada vez más impersonales, JCV Shipping se centra en ayudar a solucionar las necesidades particulares de cada cliente, con un volumen anual entre 10.000 y 12.000 contenedores anuales, el 60% operados desde Plaza.

El hecho de tener la capacitación aduanera les va a permitir, a través de su terminal LTA, «despachar las mercancías desde Zaragoza con mucha más flexibilidad y agilidad«, indica Calvo. En el caso de las exportaciones, «podemos gestionar el despacho de aduanas desde que la mercancía está en Plaza, lo que evita esperas y posibles retrasos en puerto», explica.

En lo que se refiere a las importaciones, se van a facilitar los servicios para aduaneros, que en el caso de hacerse en el puerto son mucho más lentos y además más costoso porque se deben sumar determinados movimientos de contenedores. Con todo ello, se consigue «optimizar los tiempos de la cadena logística y ofrecer un servicio de valor añadido», indica.

EL OLIGOPOLIO DE LAS COMPAÑÍAS MARÍTIMAS

Actualmente, el transporte marítimo global se concentra en muy pocas manos. Como explica el CEO de JCV Shipping, «diez compañías manejan el 85% del comercio mundial de contenedores, y las cinco primeras el 65%; además, entre ellas han formado tres alianzas». Esta situación, unido a que las navieras han establecido una integración vertical para añadir transporte terrestre y, además, han desarrollado sus propias plataformas online, ha provocado que las compañías transitarias como JCV hayan reorientado el negocio a servicios mucho más próximos al cliente y adaptados a sus necesidades, más relacionados con la asesoría o la consultoría de transporte marítimo que con las funciones tradicionales del transitario.

«Nosotros nos ocupamos de todo el proceso de transporte y la responsabilidad de esa gestión de cara a nuestros clientes es nuestra, desde pedir los servicios necesarios, contratar los contenedores y espacio en el barco además de establecer las mejores condiciones para las necesidades del cliente», explica Calvo. A su favor juega el expertise adquirido: «Conocemos la forma de trabajar de cada una de las navieras, tenemos identificados los potenciales riesgos y sabemos como defender los intereses de nuestros clientes», apunta.

EL FUTURO DE PLAZA Y LA IDEA DE LA ZONA FRANCA

El gobierno de Aragón comunicó a finales del año pasado su intención de establecer una zona Franca en Pla-Za que ofreciera un factor competitivo diferencial basado en ventajas fiscales, tributarias y en la simplificación de trámites aduaneros. En la experiencia de Óscar Calvo, existen figuras aduaneras que son mucho más flexibles y que ofrecen los mismos beneficios que los que se persiguen con el establecimiento de una zona franca aunque coincide en lo beneficioso que sería para la atracción de empresas potenciar este tipo de figuras.

«Hay que tener en cuenta que una Zona Franca debe estar vallada y con seguridad las 24 horas, y además limita mucho la actividad», opina. Por eso, además de estas alternativas a la zona Franca  considera que lo que debería hacerse es «potenciar los servicios aduaneros y, sobre todo, para aduaneros, que en Aragón se están perdiendo y son imprescindibles para completar todo el proceso de aduanas».

Tanto es así que «hay servicios que no están funcionando como debieran y la Administración correspondiente debería reforzar, tales como sanidad exterior, vegetal o animal, incide. El problema es la falta de personal y recursos técnicos, lo que repercute en la agilidad de los procesos o la imposibilidad de hacerlos en Zaragoza, cuando cada vez son necesarios más controles y certificaciones.

No obstante, el CEO de JCV Shipping es optimista ante el futuro que le espera a Aragón y Zaragoza como núcleo logístico: «La actividad va a ir a más conforme se desarrollen a nivel europeo las conexiones ferroviarias, dado que las ferro-portuarias ya están muy consolidadas». En su opinión, esto provocará un boom y la posición de Aragón va a ser «esencial».