La pandemia ha puesto de manifiesto un sinfín de utilidades que puede proporcionar la tecnología, acelerando los cambios en el ámbito industrial. Un ejemplo es el avance que están experimentando los sistemas de comunicación audiovisual en grandes empresas, con el fin de poder realizar videoconferencias a nivel profesional con equipos que van mucho más allá de los dispositivos domésticos que se usan a nivel particular.

Pero hay compañías que han ido mucho más allá y están utilizando herramientas de última generación en sus procesos productivos. Es el caso de BSH, que ya en 2018 implantó de forma pionera en su planta de Montañana una herramienta de realidad virtual que ha mostrado todo su potencial durante el último año de pandemia. “El primer caso de uso que propusimos fue la aceptación del diseño del puesto de montaje de una línea», señala Juan Luis Cihuelo, coordinador de Industria 4.0 en la fábrica zaragozana. Después, plantearon análisis ergonómicos en fases tempranas y han chequeado diferentes aspectos de accesibilidad de las estaciones para visualizar y conocer cómo iba a quedar una instalación o un proceso.

PRIMERA CONEXIÓN DESDE MONTAÑANA

Además, «en Montañana se hizo la primera conexión con un segundo usuario que no pertenecía a la red de BSH», comenta Cihuelo.  A día de hoy, es posible llevar a cabo una colaboración directa con proveedores a través de realidad virtual, incluso aunque no estén equipados. De esta forma, se consigue reducir el número de viajes y mejorar la calidad de la fase de aceptación de diseño, ya que incluso aunque la reunión sea presencial, utilizar realidad virtual mejora el resultado. Este avance ha sido todavía más útil desde que comenzara la pandemia. Poder revisar de manera virtual los proyectos con proveedores internacionales ha evitado tener que retrasarlos y, además, ha permitido reducir costes y mejorar la productividad, apuntan desde BSH.

No es lo mismo ver un diseño en un plano que en 3D / BSH

Antes, recibían un plano en 2D con el diseño y, en la actualidad, son capaces de verlo con las gafas de realidad virtual. De esta manera, «detectamos modificaciones que no podríamos ver de otra manera”, asegura Efrén Rial, responsable local del proceso de pruebas de inducción. «Es más fácil la transmisión de información», concluye.

Utilizar tecnología de realidad virtual tiene un gran beneficio a nivel interno. “Es mucho más fácil involucrar a diferentes departamentos de la fábrica”, destaca Juan Luis Cihuelo. “Si le muestras la nueva instalación de su puesto de trabajo a un operario de la línea de montaje, lo ve a tamaño real como si lo tuviera delante y puede incluso hacer los movimientos que haría», explica. De esta forma, «te da feedback y te permite incluso identificar aspectos no ergonómicos», indica.

Visualizar con realidad virtual un 3D de una máquina permite entender más fácilmente sus características y contribuye a realizar una correcta aceptación del diseño. “Te aseguras de que no te dejas nada por comprobar o verificar y minimizas los errores durante las fases posteriores de construcción y aceptación final del equipo», explica Sergio Atares, responsable de PLM producción en la división de producto cocción. Todavía no se utiliza esta tecnología de forma regular en otras fábricas españolas, pero La Cartuja, Esquíroz y Santander ya han realizado alguna actividad con realidad virtual y quieren avanzar en esta dirección en 2021, apuntan desde la compañía.