No es una cuestión baladí. El cambio generacional en las empresas familiares supone un factor clave para la pervivencia de éstas, y que el relevo se realice de forma natural y progresiva es fundamental para que su desarrollo no se vea afectado. Teniendo en cuenta que el parque empresarial aragonés está dominado por las compañías familiares, el impacto en la economía de la Comunidad es evidente.

HOY ARAGÓN ha hablado con los máximos responsables de tres de las empresas familiares más relevantes de toda la Comunidad, líderes cada una en su sector: Grupo Pikolin, Pastas Romero y Grupo Hierros Alfonso. Tres sagas, Soláns, Romero y Asensio, que, de distinta manera, han tenido o tienen que abordar el cambio generacional y lo han logrado con éxito.

Una palabra sobresale por encima del resto: «planificación». Si es buena, permite que «el traspaso sea ordenado y esté bien comunicado a toda la organización», destaca Alfonso Soláns, presidente del Grupo Pikolin, posiblemente la empresa de referencia en Aragón cuando se piensa en empresas familiares. Soláns, tras una dilatada carrera, tiene el conocimiento de haber vivido las dos caras de la moneda: tomó el relevo de su padre, don Alfonso Soláns, fundador de la compañía, y hoy afronta el cambio generacional en favor de su descendencia.

Alfonso Soláns, presidente del Grupo Pikolin / GP

Pero la planificación no es sólo marcar los tiempos a la hora de que la generación venidera vaya tomando responsabilidades. Como explica el presidente de Grupo Pikolin, «también incluye programar el tiempo de preparación, académica y personal, de las nuevas generaciones, que debe ser cuidadosamente trabajado para que profundicen en el corazón del negocio, pero también en todos los pequeños detalles sobre los que cada día se construye una empresa».

Alfonso Soláns da otra clave que facilita este tránsito: la profesionalización de la compañía: «Si, como en nuestro caso, la gestión de la compañía está profesionalizada, este proceso es mucho más fluido y natural». Esto permite «el contacto diario de las nuevas generaciones con el equipo directivo y todos los empleados, lo que facilita enormemente todo el proceso de transición», señala. Esta relación previa con la dirección y la plantilla de las nuevas generaciones supone un beneficio en todas las direcciones: compromiso de las mismas en la gestión diaria de la empresa, fomentar su visibilidad y «generar confianza en un proceso que de otra manera puede ser traumático», añade Soláns.

El recientemente galardonado con el Premio Empresario de Aragón echa la vista atrás y recuerda: «Mi padre fue un emprendedor pionero que sembró las semillas de lo que hoy es la compañía, y las siguientes generaciones, personificadas tanto en mí como en mis dos hijos, hemos trabajado para que estas semillas crezcan».

Entre los grandes logros alcanzados, destaca la proyección exterior alcanzada con la presencia consolidada en distintos mercados internacionales, así como la diversificación del negocio expandiéndose en ámbitos como el sector hotelero, el del hogar o el hospitalario, con un total de 13 marcas comerciales. También se han dado los primeros pasos en la digitalización y la sostenibilidad, «que serán señas de identidad de la generación venidera», asegura Soláns.

Respecto a las diferencias entre cuando él cogió el testigo y el que tomarán sus hijos, el presidente de Grupo Pikolin señala: «En mi caso la transición estaba clara, ya que soy hijo único, pero fue difícil debido al inesperado fallecimiento de mi padre». Por el contrario, «la de mis hijos responderá a un proceso natural para el que llevamos años trabajando».

PASTAS ROMERO: FILOSOFÍA INTACTA

Pastas Romero, la casi centenaria empresa aragonesa de productos alimenticios ubicada en Daroca, se encuentra hoy en el tránsito entre la tercera y la cuarta generación. Su dilatada y apasionante historia, a pesar de los grandes cambios económicos y sociales en España, habla del respeto a los orígenes. «La filosofía se mantiene intacta», asegura el director general de la compañía, Francisco Romero. A su parecer, las bases para mantener el éxito se encuentran en «la honestidad en todas las áreas de la empresa, el servicio al cliente a lo largo de las diferentes generaciones y que la empresa ha sabido adaptarse a los cambios producidos en el mercado, tanto tecnológicos como de calidad y productos». Todo ello ha sido posible gracias «a la savia nueva de los que se han incorporado», apunta.

El director general, Francisco Romero, y su hijo Javier / Pastas Romero

Con un recorrido tan amplio como el que encarna Pastas Romero, el actual director general de la compañía ve diferencias en cómo se abordaban los cambios generacionales en el pasado frente a hoy en día: «Hace más de 50 años era el padre o el abuelo el que decidía quién se incorporaba a la empresa y cómo lo hacía, no había mucha discusión; se hacía y punto«. Actualmente, sin embargo, «es fundamental que las nuevas generaciones quieran tomar el relevo». Y eso, en su opinión, «es más difícil que un miembro de la familia entre a trabajar que un camello pase por el ojo de una aguja», señala de forma gráfica. Esto se debe «a los estrictos protocolos que utilizamos las empresas familiares». Para sortearlo, la clave para Francisco Romero es que «haya alguien en la siguiente generación que tenga ganas de continuidad en la empresa y se sienta capacitado».

Si eso se produce, «las normas impuestas por los protocolos le exigirán formación y práctica en otras empresas antes de tomar las riendas», explica. No obstante, reitera Romero, «lo más importante es que esté decidido y tenga ilusión», dado que se trata de un proceso «largo y que necesita de mucha paciencia por parte de todos». Afortunadamente, «en nuestro caso, el cambio generacional está asegurado, ya que se han dado tosas las circunstancias para que eso ocurra», indica. En estos momentos, en Pastas Romero se encuentran en «fase de adaptación y con mucha energía para que la familia continúe con el legado».

HIERROS ALFONSO: EXPERIENCIA Y PROACTIVIDAD

El Grupo Hierros Alfonso cuanta con una dilatada trayectoria de casi seis décadas en el sector siderometalúrgico, y acaba de cerrar un año aumentando sus ventas un 40%, a pesar de las complicaciones derivadas de la pandemia. La familia Asensio, responsable de las decisiones estratégicas de la empresa, ya ha dado un paso importante con David Asensio, que actualmente ostenta el puesto de director general adjunto y es miembro del Consejo de Administración.

En su opinión, la clave del éxito para el relevo generacional es «un binomio entre la experiencia empresarial que hemos adquirido trabajando y la proactividad que actualmente cada uno de nosotros aplicamos en las áreas en las que trabajamos».

David Asensio, director general adjunto de la compañía / Grupo Hierros Alfonso

La joven generación ha venido con nuevas ideas, pero sin olvidar los orígenes: «Hemos realizado diversas acciones de innovación y crecimiento en la compañía, desde infraestructuras, adquisición de nuevas empresas, así como el camino hacia la transformación digital», apunta. No obstante, «mantenemos nuestra esencia de empresa familiar, donde las personas son lo primero», remarca.

A su parecer, «hoy tenemos más facilidades que en el pasado respecto al cambio generacional, ya que hemos tenido la oportunidad de ver crecer la compañía paulatinamente y nutrirnos del conocimiento y la experiecia de generaciones anteriores». La principal dificultad que puede suponer el relevo puede ser la falta de compromiso de la generación venidera, si bien en el caso de Grupo Hierros Alfonso, no ha sido así.

«Por suerte, nosotros siempre hemos tenido claro que queríamos continuar con el legado de nuestra familia«, sentencia. La burocracia que lleva consigo el cambio en los puestos directivos «no fue un hándicap en nuestro caso, ya que el proceso fue organizado y planificado desde el inicio». «Considero que nuestro punto fuerte fue nuestra familia; tenemos claro que, ante todo, somos una nueva generación que debe velar no solo por  mantener la empresa, sino también por las casi 200 familias que actualmente dependen de nuestras decisiones empresariales», concluye Asensio.