La guerra de Ucrania ha impactado en la economía de forma global, afectando tanto a los ciudadanos como a las empresas de cualquier sector. Principalmente, han sido los costes energéticos, especialmente el gas y el petróleo, los principales culpables de que los precios se hayan disparado en todos los ámbitos, con una influencia muy importante en el transporte y en las industrias que requieren un gran consumo para sus procesos de producción.


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No obstante, si atendemos exclusivamente al ámbito del comercio, y dejando a un lado el problema que supone el encarecimiento del transporte, hay unos sectores que sufren más que otros debido a su mayor intercambio con Rusia y Ucrania. Según el último Boletín de Coyuntura Económica publicado por el Departamento de Economía, Aragón exportó a Rusia en 2021 bienes por valor de 125 millones de euros. No se trata de una cifra muy significativa, representando sólo el 1% de las ventas exteriores de la Comunidad, pero las relaciones comerciales con el país se habían disparado en la última década y ahora han sufrido un brusco frenazo.

Algo similar pasa con Ucrania. Las ventas aragonesas al país ahora invadido fueron de 35 millones de euros en 2021, cuando en 2010 eran apenas de 8 millones. Con el estallido de la guerra, éstas se han visto paralizadas.

No obstante, si se desgrana sector por sector, vemos que el peso de las exportaciones a estos dos países puede ser muy significativo. Es el caso de los bienes de consumo, en especial los productos de confección femenina, que supusieron el 61,9% de las ventas de Aragón a Rusia en 2021 y el 20,6% a Ucrania. Aquí se ve claramente el impacto que ha tenido para la planta de Inditex ubicada en Plaza. De hecho, la actividad de carga del Aeropuerto de Zaragoza se ha visto directamente afectada por el freno en las exportaciones de prendas de vestir, con caídas de entre el 20% y el 25% en tasa anual de toneladas mensuales transportadas.

El siguiente sector que más relación comercial tenía con Rusia hasta el estallido del conflicto eran los electrodomésticos de línea blanca, ya a cierta distancia, que acaparaban en 2021 el 14% de las ventas exteriores al país eslavo. En este ámbito, compañías como BSH se pueden ver notoriamente afectadas.

Por su parte, como indica el estudio, también tienen importancia las ventas exteriores de componentes de automoción, que ocupan el tercer lugar en el caso de Rusia y el segundo en el caso de Ucrania, básicamente motores y neumáticos. Por ello, la importante industria del automóvil asentada en el valle del Ebro también verá reducidas sus exportaciones por este motivo.

IMPORTACIONES

Por su parte, Aragón importaba de Rusia en torno al 0,2% de sus compras exteriores totales. Es, por tanto, un mercado bastante residual de aprovisionamiento. Entre los bienes que se adquirían en el país destacan fundamentalmente productos agroalimentarios tales como pescado (bacalao, principalmente), así como productos semielaborados de aluminio, residuos de la industria agloalimentaria (por ejemplo, pulpa de remolacha) o productos para la protección de cultivos (fertilizantes).

Como indica el estudio, si bien las importaciones no son masivas, en algunos casos pueden existir dificultades para disponer de fuentes de aprovisionamiento alternativas. Por otro lado, aunque las cifras agregadas señalan una repercusión muy limitada, destaca que las consecuencias pueden ser muy perjudiciales para determinadas ramas de actividad.


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En el caso de Ucrania, lo que más adquiría Aragón en 2021 eran productos industriales y tecnología, apartado que absorbió el 91,6% del total de compras procedentes del país. De nuevo, aunque de forma general las importaciones no son significativas, podrían suponer un problema en algunas industrias en caso de no encontrar alternativas en otros países.