El impacto de la sexta ola de la pandemia también tiene su lectura económica. A pesar de que indicadores como el empleo están mostrando una tendencia positiva, la variante ómicron ha moderado la confianza de los empresarios aragoneses en los útimos meses de 2021, que en cualquier caso se mantiene en datos positivos.

Así lo constata el Indicador de Confianza Enpresarial elaborado por la Fundación Basilio Paraíso e Ibercaja, que sitúan ésta en un 8,1 en el cuarto trimestre del año, cuando en el anterior era de 8,5. A pesar de seguir siendo alta, hay factores derivados de la pandemia que han supuesto este retroceso.

Según indica el informe, el optimismo es mayor entre los empresarios del comercio y de los servicios que en los de la industria y la construcción, que se están viendo afectados por el impacto en sus resultados de la menor actividad de la construcción y los problemas de suministros y de costes.

Si se desagrega el Índice de Confianza Empresarial en los dos subindicadores que lo conforman –Situación y Expectativas–, se aprecia que mientras el indicador de Situación alcanza un valor significativamente superior al cosechado en la oleada anterior –incluso teniendo en cuenta el impacto de la sexta ola–, el índice de Expectativas sí retrocede de forma más acusada.

Tal y como viene siendo manifestado de manera recurrente por los empresarios aragoneses, casi la mitad (49,1%) identifican la insuficiencia de demanda como la causa principal que impacta negativamente en el crecimiento de su actividad, seguido de otras causas como los trámites administrativos, la dificultad financiera o la escasez de mano de obra cualificada.