Si la última semana parecía que se despejaba en parte el horizonte en la planta de Stellantis en Figueruelas, con el anuncio de nuevos turnos en febrero, esta semana ha vuelto a caer en la cruda realidad. La falta de componentes ha obligado a la factoría zaragozana a paralizar el turno de tarde de la línea 2, responsable del vehículo estrella de la fábrica: el Opel Corsa.

Asimismo, la dirección de la planta ubicada en Zaragoza ha anunciado que los empleados asignados al turno de noche en la misma línea, que se había vuelto a poner en marcha la semana pasada, también se han visto obligados a parar por la falta de motores.

La crisis generada por la falta de componentes en la industria, unido a los altos costes de transporte, ha provocado un problema generalizado en el sector del automóvil, no sólo en Figueruelas, y el impacto está siendo tan pronunciado y se ve tan lejos una posible solución, que la Unión Europea está estudiando tomar cartas en el asunto para reducir la dependencia de países externos, muy especialmente de China.

De hecho, la Comisión Europea ha anunciado que presentará en los próximos días una estrategia para incrementar la producción de semiconductores hasta lograr que se fabriquen en Europa el 20% de la producción mundial, un objetivo que se marca que pueda lograrse en 2030.

CONSTRUCCIÓN DE MEGAFÁBRICAS

Thierry Breton, comisario europeo para el Mercado Interior, ha explicado que «los recursos irán a reforzar la investigación, a la posibilidad de acoger megafábricas y a retener instrumentos que nos permitan asegurar el suministro para las empresas en caso de problemas».

Los microchips, presentes en una infinidad de productos, desde coches a pequeños electrodomésticos, son la punta de lanza de una situación que ha dejado en evidencia la enorme dependencia que tiene Europa de otros países que acaparan la producción.

Lo ha dejado claro Breton en su intervención, al explicar que «Europa es un continente líder en materia de investigación, pero hemos dejado a nuestras fábricas marcharse al sudeste asiático y, sobre todo, a la región de Taiwán, que está en un contexto geopolítico particular que no se cambiará a corto plazo».