Hay hitos que cambian las ciudades. Y es el caso de Torre Zaragoza: el imponente rascacielos proyectado con criterios passivhaus de la promotora aragonesa Grupo Plaza 14. El que será el rascacielos más alto de Zaragozaestá diseñado con todos los estándares de calidad para dotar a las viviendas de la mejor experiencia de habitabilidad, en términos de eficiencia energética y estanqueidad de las viviendas. Toda una experiencia para los futuros propietarios.

Su desarrollo técnico y estético cuenta con el aval de uno de los despachos de arquitectos más solventes y premiados del panorama nacional. Ingennus Urban Consulting, con sede en Zaragoza y con proyectos tan variados en medio mundo, desde la rehabilitación de la histórica estación de Canfranc a un centro de oficinas en la capital de Mauritania, pone la firma a Torre Zaragoza. Un reto arquitectónico que cambiará Zaragoza y el entorno de la estación Delicias del AVE.

Los arquitectos jefes del proyecto Torre Zaragoza en la sede de Ingennus Urban Consulting / Ingennus

Dos de los tres jefes del proyecto de Torre Zaragoza atienden a HOY ARAGÓN para conocer más de cerca la magnitud de uno de los desarrollos más ambiciosos de las últimas décadas en la ciudad de Zaragoza. «El compromiso por la sostenibilidad es una de las virtudes de Torre Zaragoza porque construir un edificio de este tamaño y volumen con criterios Passivhaus y la máxima eficiencia energética es todo un reto. Son 285 viviendas para unos aproximadamente 1.000 habitantes. Es hacer un edificio que ya de por sí es como construir un pueblo en Aragón», cuenta Joaquín Lahuerta, arquitecto socio y director de proyectos de Ingennus Urban Consulting.

Situado en la zona que más ha evolucionado en los últimos años, en el entorno de la estación del AVE, puente del Tercer Milenio y Zona Expo, cuenta con 30 plantas de altura, 285 viviendas (todas exteriores) de hasta cinco habitaciones. Las superficies están orientadas a cualquier demanda: de los 68 m2 útiles hasta los 168 m2 útiles y todas las viviendas dotadas de amplias terrazas. El que será el edificio más alto de la ciudad tiene como joya de la corona los áticos dúplex con grandes terrazas, desde donde se rozarán las estrellas o se podrá divisar el Pirineo.

En este sentido explica Ferran Calzada, arquitecto socio de Ingennus Urban Consulting, especialista en edificios de consumo casi nulo, miembro de la Plataforma Passivhaus España y acreditado como Passivhaus Designer, «Torre Zaragoza es un edificio de tal envergadura que su certificación Passivhaus seria extremadamente difícil. Sería probablemente el mayor del mundo si se hiciera. Y por eso se siguen los cinco criterios Passivhaus con la máxima exigencia para que el resultado sea el mismo salvo la certificación oficial. Este certificado es tan exigente que sólo por una ventana de un piso de cualquier planta que no esté en unas condiciones excelentes no se podría certificar». El reto técnico no sólo está en que el edificio será el más exigente en condiciones energéticas y climáticas sino que su altura, siendo el edificio más alto de Zaragoza, tiene complejidades. «El viento es una de ellas, tanto por la filtración de aire de la vivienda como por la altura en sí. El sellado de las ventanas, el aislamiento de los puentes térmicos… Las garantías son tan absolutas que el propietario vivirá en uno de los edificios más punteros de la ciudad«, detalla Ferran Calzada, como experto en Passivhaus. «Torre Zaragoza es uno de los edificios más altos y grandes del mundo con criterios Passivhaus, uno de los más importantes jamás construidos con estas prestaciones».

Las viviendas son de la máxima calidad, contando con acabados de la firma Porcelanosa / Grupo Plaza 14

En cuanto a la complejidad del diseño y la hermeticidad por el viento, añade Joaquín Lahuerta, es un reto hacer un edificio sin la persiana convencional porque está muy expuesto al viento, tanto por su posición poco protegida de otros edificios y por la altura que tiene. Sólo con cómo silban las persianas o el movimiento de éstas, no es deseable tenerlas. Una empresa especializada en acústica y en control solar nos diseñó unas ventanas y vidrios que regulan el factor solar y evitamos el ruido. Para evitar que pueda salir volando una persiana por cualquier percance, así como el ruido de ésta por el movimiento provocado por el viento, se ha dado al cliente que lo ha deseado la posibilidad de incorporar por el interior un estor de opacidad total.

Fuentes de la promotora Grupo Plaza 14 reconocen a este diario que la respuesta de los potenciales compradores ha sido altísima. Desde un inicio, han ofrecido un edificio inusual por su vanguardismo en la construcción con la implantación de criterios Passivhaus donde se consume mucha menos energía que en una vivienda habitual. A día de hoy está vendido el 95% de las viviendas del edificio, teniendo previsto finalizar la construcción antes de finales del 2021.

Y la gran pregunta: ¿qué va a notar realmente el comprador y futuro inquilino con un edificio de estas exigencias energéticas? «Lo que se suele comentar sobre este tipo de viviendas es que suponen un gran ahorro energético pero realmente lo más importante es que son viviendas infinitamente más confortables y con una calidad de vida espectacular. Tanto por el tema acústico, el confort térmico…», detalla Ferran Calzada. Y el socio fundador de Ingennus Urban Consulting, Joaquín Lahuerta, insiste con un ejemplo muy gráfico: «Yo que soy alérgico no lo notaría porque el aire que captas de fuera pasa por un intercambiador de calor y con unos filtros de carbono te depura los alérgenos. Lo que mejora la confortabilidad es increíble al vivir en un piso así. Son viviendas que no hay nada parecido en el mercado desde el punto de vista técnico. Y sin entrar en las calidades que son las máximas junto con Porcelanosa».

La piscina donde tocar el cielo de la ciudad de Zaragoza / Grupo Plaza 14

Ferran Calzada detalla cómo sería vivir en un segundo piso en plena avenida de Navarra en Torre Zaragoza con estas características técnicas: «No necesitas abrir las ventanas para nada porque tienes una ventilación permanente y filtrada. Tu piso no percibe ni la contaminación, ni el polen, ni los malos olores. Las ventanas acústicas son las mejores del mercado así que no percibes nada de ruido. Por ejemplo, la diferencia de vivir en Torre Zaragoza con cualquier piso de otro edificio actual de la zona no tiene absolutamente nada que ver».

En el caso de vivir en la otra altura del edificio, en el piso 28, por ejemplo, los dos arquitectos reconocen que la diferencia no existe con vivir en las plantas más bajas. Ni los condicionantes de altura o clima afectan a vivir en el cielo de la ciudad. «Es igual que vivir en una planta más baja. La transmitancia térmica es la misma. Lo único que hay que tener en cuenta es la garantía de la infiltración de aire por las presiones del viento que es más exigente en los sistemas de control de hermeticidad del edificio», cuenta Joaquín Lahuerta. Una de las complejidades técnicas del proyecto, relacionadas con la altura, es la exigencia que planteas en cada planta de las 30 que tiene el edificio. Por ejemplo, según relatan, cuando el edificio supera los 50 metros de altura se tienen que multiplicar las medidas de control de incendio, colocar rociadores en las zonas comunes en cada planta y tienes que ir sectorizando planta por planta con respecto a la transmisión del fuego. «Las condiciones de seguridad y exigencias previas son las más elevadas del mercado«, insisten.