El Gobierno aragonés ya ve como la opción de la unión de estaciones de Astún con Formigal, a través del valle virgen de Canal Roya, se va desmoronando cada día que pasa. La contestación en contra en el territorio va a más sobre la unión de estaciones, tanto desde los colectivos ecologistas como desde la sociedad civil, y donde los ayuntamientos de Jaca y Sabiñánigo -entre otros- en el valle del Aragón ya han rechazado el plan de manera contundente. Entre todo este revuelo, el Gobierno de Aragón insiste en que el proyecto debe ser prioritario y no da marcha atrás.

Es más, ante las dudas suscitadas en el territorio y donde las voces a favor de la unión de estaciones brillan por su ausencia, el Ejecutivo de Lambán ha puesto la diana en la Diputación de Huesca, que ejerce como promotor del plan trazado con fondos UE, para que reactive las movilizaciones y las voces que aplaudían la unión de estaciones hace años.

Esta semana así se expresó la presidenta de Aramón, Marta Gastón, que a su vez es la consejera de Economía del gobierno aragonés, para indicar que «si el territorio no responde, es el promotor -en alusión a la Diputación oscense- quién debe reflexionar y decidir si se sigue o no sigue«. Esta declaración señala directamente a la Diputación gestionada por el PSOE, del mismo signo político que el Gobierno aragonés, pero muy concretamente a su presidente Miguel Gracia.

«A la vista de lo que está ocurriendo, cabe replicar que con el territorio se pueden acometer estos proyectos, sin el territorio resulta más difícil», sentenció. No obstante, sobre la posición de Jaca y Sabiñánigo en sus plenos, la consejera afirmó que las reclamaciones de estos ayuntamientos «no se deben trasladar a Aramón o al Gobierno de Aragón, sino al promotor -la Diputación de Huesca-, mientras que el cometido de la entidad que preside es elaborar el proyecto básico y de ingeniería para esa unión».

Por otra parte, Gastón reivindica que se ha impulsado la unión de estaciones en el Pirineo de Huesca «no por empecinamiento», sino puesto que ayuntamientos y empresarios de la zona, «recurrentemente, han estado trabajando y trasladando su voluntad de que este motor económico y de empleo» que es el sector de la nieve «sea competitivo, buscando garantías de futuro» y desde el Gobierno de Aragón se ha realizado una escucha activa y «cuando hay una posibilidad para llevarlo a cabo, acometerlo».

Sin embargo, desde la Diputación de Huesca se niega que ser promotor sea exclusivo de la institución oscense, sino que es un nombramiento jurídico obligatorio donde tiene que señalarse a una institución. Pero, en el fondo, es un plan que debe incumbir a todos: la propiedad de Astún, Aramón como propietario de Formigal, el Gobierno de Aragón y la propia Diputación. En este sentido, las principales dudas de la Diputación están en los plazos de ejecución de la inversión que viene de Europa y alcanza casi los 30 millones de euros.

Por ello, el presidente de la DPH, el socialista Miguel Gracia, ha remitido una carta al vicepresidente de Aragón y consejero de Industria, Arturo Aliaga, en la que confiesta que los plazos del proyecto de la unión Astún-Formigal no se cumplirán sin una prórroga e insta a destinar los 26,4 millones de euros para la unión de estaciones a otras iniciativas de sostenibilidad turística.

En el documento, la DPH hace referencia a las dificultades de cumplir con los plazos marcados por Bruselas donde el 50% del proyecto tiene que ser ejecutado antes del 31 de diciembre de 2024 y finalizado el 31 de marzo de 2026. A su vez, la Diputación de Huesca de Miguel Gracia pone el grito en el cielo con la falta de información del Ejecutivo de Lambán sobre la declaración de impacto ambiental.