Con la elección de Zaragoza como una de las ‘100 ciudades climáticamente neutras’ por parte de la Comisión Europea la capital aragonesa tiene la oportunidad de ser un centro de experimentación e innovación para guiar al resto de ciudades europeas en este camino. Estar entre los elegidos abre las puertas a nuevos fondos y vías de financiación europeas para que de aquí a 2030, se consiga el objetivo de las cero emisiones de gases de efecto invernadero. Un reto muy ambicioso que otorga a Zaragoza la posibilidad de transformarse en una ciudad más sostenible y respetuosa con el planeta en los próximos ocho años.


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El primer paso ya se ha dado, con la inclusión de Zaragoza en la ‘Misión 100 Ciudades Climáticamente Neutras para 2030: Por y Para los Ciudadanos’, el proyecto europeo experimental que financia parte de las medidas destinadas a conseguir el objetivo. Al formar parte de esta selección de ciudades, la aragonesa dispone de un sello que le permitirá acceder a fondos y financiación europea en condiciones favorables. 

El siguiente paso será la firma de un Contrato Climático de Ciudad (CCC). Se trata de un documento en el que se plasmará por escrito el compromiso político de los ciudadanos con la Comisión Europea para llevar a cabo el plan de acción diseñado para que Zaragoza consiga ser climáticamente neutra en 2030, y se incluirá un programa de inversiones adecuado para implementarlo. Movilidad sostenible e inteligente; renaturalización; y economía circular, energía y eficiencia son los tres ejes estratégicos en torno a los que hay que trabajar y en Zaragoza ya se ha empezado a andar el camino.

La electrificación del transporte urbano con la transformación de la flota de autobuses públicos en vehículos eléctricos es una de las acciones que se dirige hacia la Zaragoza climáticamente neutra de 2030. Cuando el proyecto se complete, habrá 320 buses urbanos eléctricos recorriendo la ciudad y el recorte en emisiones será importante: sustituir cada autobús diésel por uno eléctrico supone un ahorro de 1.700 toneladas de CO2 emitidas a lo largo de su vida útil. Por ello, según cálculos municipales, cuando toda la flota esté sustituida por vehículos eléctricos, Zaragoza ahorrará más de 621.000 toneladas de emisiones de CO2. Esta revolución en el concepto de transporte urbano de la ciudad pasa por la electrificación de las cocheras, un proyecto en el que ya se está trabajando.


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El reciclaje es otra de las materias que hay que aprobar para conseguir el título de ciudad climáticamente neutra. En este sentido, Zaragoza es una alumna aventajada ya que en sus hogares se recicla ya el 50% de los desechos. La cifra se acerca al mínimo del 55% marcado por la Unión Europea y está por encima de la media nacional, situada en el 33,9%, y de la Europea (45%). Para seguir mejorando estos datos, una de las últimas acciones lanzadas por el Ayuntamiento de Zaragoza es la aplicación Reciclos. De la mano de Ecoembes, el ciudadano puede ganar premios reciclando si escanea el código de barras del residuo y un código QR incorporado en más de 2.000 contenedores amarillos (para plásticos y envases). La rehabilitación de 3.000 viviendas para reducir su consumo térmico así como el impulso de comunidades energéticas renovables con el desarrollo de barrios y polígonos solares como el implementado en el Actur son otros hitos que acercan un poco más a la capital aragonesa a conseguir el reto.

Pero si de reducir emisiones de gases tóxicos a la atmósfera se trata, el Bosque de los Zaragozanos tiene mucho que aportar. Como su nombre indica pretende ser un bosque de todos, donde todos los ciudadanos puedan apadrinar su propio árbol y contribuir con la conservación del medio ambiente. El proyecto se lanzó a mediados de 2021 y su objetivo es alcanzar los 700.000 ejemplares, uno por cada ciudadano. Cuando se cumple su primer aniversario, ya se han plantado 52.000 y la iniciativa ha sido una de las tres finalistas de los premios ‘Liderar Juntos: soluciones escalables para el impacto climático positivo’, de Eurocities.

Reconocimientos aparte, lo realmente importante del Bosque de los Zaragoza es que funcionará como un sumidero de carbono para compensar las emisiones de CO2 ya que los árboles absorben gases de efecto invernadero, además de almacenar dióxido de carbono y expulsar oxígeno. Además, con este proyecto se fomenta la economía circular,  ya que los residuos orgánicos generados en la ciudad no sólo se aprovechan, sino que ayudan a crear nuevas vidas al ser empleados como compost en el bosque. Estos son los objetivos de una propuesta que tiene como telón de fondo el bienestar de los zaragozanos. Y es que las masas verdes como ésta albergan el 80% de a biodiversidad terrestre, una riqueza en flora y fauna con la que contará Zaragoza en los próximos años y que la dirigen a ser una ciudad climáticamente neutra.


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La previsión es que con el reconocimiento de estar ente las cien ciudades climáticamente neutras, se produzca un efecto multiplicador de la inversión en tecnología e innovación para llevar a cabo las acciones de lucha contra el cambio climático. Entre las oportunidades que se abren para Zaragoza, una de las más importantes es la de convertirse, dentro de estas elegidas, en una de las 30 primeras en función de los proyectos presentados y los programas implementados. Cada una de esas 30 ciudades líderes podrá obtener entre 500.000 euros y 1,5 millones de euros a fondo perdido para poder llevar a cabo las iniciativas con la colaboración de la plataforma NetZero Cities.