La calidad de vida que presenta Zaragoza es algo que sus habitantes conocen, sobre todo si han tenido la experencia de residir en otras ciudades. Así lo indican además los datos, como los del estudio realizado conjuntamente por IdenCity y DKV, presentado en Madrid, que compara cuestiones como la salud de la población, el entorno o las condiciones socioeconómicas.

El índice de Salud de las Ciudades ha arrojado un dato importante: Zaragoza ha obtenido el máximo valor en el indicador de años de vida saludable de su población. Concretamente, un resultado de 81,57 años. Con esta cifra, se sitúa por delante de Valencia, Madrid y Barcelona, las otras ciudades principales estudiadas.

Con una cantidad de 681.877 habitantes en 2020, la ciudad presenta una puntuación general del 72,3% en el Índice de Salud de las Ciudades, mientras que la media de las ciudades españolas se sitúa en el 70%. Los resultados también demuestran que Zaragoza es una de las ciudades con mejor rendimiento en el ámbito socioeconómico, especialmente en seguridad socioeconómica, cumpliendo casi en su totalidad sus objetivos de tasa de pobreza y acceso a la salud dental.

El estudio también menciona que la segregación espacial es uno de los grandes retos de las ciudades españolas en el momento de abordar la relación entre la salud y las condiciones socioeconómicas de sus ciudadanos. Este factor se da principalmente en las grandes ciudades, donde hay una mayor concentración de rentas elevadas y bajas en distintos barrios.

TASA DE POBREZA

Sin embargo, el estudio destaca los positivos y esperanzadores resultados de Zaragoza en su tasa de pobreza y acceso a la salud dental de su población.

La afectación del COVID-19 en los territorios es una parte importante del Índice de Salud de las Ciudades. Sobre ello, aparece otro dato relevante: Zaragoza presenta un valor especialmente elevado en cuanto a redes familiares y comunitarias. Esto es debido a las iniciativas solidarias surgidas en este territorio por la pandemia del COVID-19.

Cabe destacar que todas las ciudades estudiadas presentan rendimientos medio-altos, es decir, cumplen entre el 50% y el 75% de los objetivos marcados, en el estado de la salud y aspectos socioeconómicos. Sin embargo, en el alcance de los servicios de salud y en ámbitos de entorno físico como la contaminación, la movilidad y el urbanismo, sí existe un mayor margen de mejora.